La moda circular dejó de ser una mera idea para convertirse en una necesidad. Estamos frente a un cambio de paradigma impulsado por la búsqueda de una moda que sea sostenible y sustentable. De esta manera se promueven nuevos abordajes en esta materia.

La industria textil es la segunda más contaminante del mundo y responsable del 20% del desperdicio total de agua a nivel global, de acuerdo con la información relevada por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

Por ejemplo, el 8% de los gases de efecto invernadero proviene de la producción de ropa y calzado. Además, cada segundo se entierra o quema una cantidad de textiles equivalente a un camión de basura.

Según datos de la Unctad, cada año se utilizan 93.000 millones de metros cúbicos de agua, equivalente a un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de 5 millones de personas. También cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que representa 3 millones de barriles de petróleo.

La industria de la moda tiene récords poco glamorosos. Los constantes cambios de colecciones a bajo precio impulsan a los clientes a comprar y desechar prendas. Somos parte del problema, ¿lo sabemos o no lo queremos ver?

Circular las prendar

Vestirnos es un acto meramente del ser humano y su vida en sociedad inmersos en una cultura. Constituye un hecho cultural que nos permite expresar nuestra identidad al mundo, sobre quiénes somos y qué queremos. Hoy la clave para revertir el impacto que genera la industria de la moda en el medio ambiente radica en las decisiones diarias que tomamos y empezar a elegir prendas creadas para que funcionen en el modelo de moda circular, la gran alternativa.

“La moda circular promueve una forma de consumir prendas más consciente y responsablemente, a través de la reutilización, el reciclaje o rediseño de la ropa, lo que además, alarga su vida útil. De esta manera, logramos reducir el impacto que produce el desecho de esta en el medio ambiente y evitamos la utilización de nuevos recursos no renovables para la fabricación de vestimenta”, explica Antonella Marchionni, arquitecta, estilista de moda y fundadora del espacio sustentable de ropa de segunda mano Vecchia Vintage.

”La industria textil ha ayudado a crear un movimiento vertiginoso de consumo y desecho, que trae problemas ambientales, sociales y económicos, es por eso que actualmente hay una necesidad de replantearnos las cosas como las venimos haciendo en los últimos doscientos años, y de una nueva forma de pensar”, agrega.

El cambio genera un efecto expansivo que impacta de manera directa al medio ambiente y a la vez cambia nuestro manera de vivir. “Lo particular de la moda circular es que dejamos de ser simples consumidores para transformarnos en participantes activas de la moda. Se basa principalmente en reducir, reusar, reciclar”, coincide Soledad Pata, dueña del espacio de moda circular Second Chance.

Primeros pasos

La idea de producción, consumo y descarte queda prehistórica con la modalidad circular. Se empieza a pensar propuestas alternativas que sean más sustentables y sostenibles. “Creo que los grandes cambios comienzan con pequeñas acciones, y para generar uno verdadero, primero es necesario comenzar a cuestionarnos todos nuestros hábitos de consumo y a desaprender muchas de las cosas que nos enseñaron y con las que hemos crecido. Elegir calidad, en vez de cantidad a la hora de comprar ropa es una buena manera de empezar”, detalla Antonella.

Considera que el proceso es hacia dentro y que para convertirlo en un estilo de vida debemos comprender que todos somos parte activa de esta realidad en la que estamos interactuando. Por lo tanto, lo que vivimos, es causa y consecuencia de cada acción que realizamos y que afecta a todo el entorno. “Cada decisión de compra, por más mínima que sea, tiene un impacto gigante”, asegura.

“Nosotras creemos que “La prenda más sostenible es la que ya tenemos en nuestro armario. Recircular nuestras prendas o reciclarlas no solo nos transforma en consumidoras responsables, nos hace ser parte activa de la moda”, asegura Soledad.

El impacto ambiental

Antonella, que se dedica desde hace más de cinco años a la moda circular comenta que elegir una prenda de segunda mano versus una nueva contribuye a reducir el impacto que produce esta industria porque evitamos lo siguiente:

• La utilización de nuevos recursos para la fabricación de las mismas. Por ejemplo, si una prenda está hecha con fibras artificiales, como el poliéster, la producción requiere agua y energía, pero también carbón y gasolina, lo que hace que esta ropa sea insostenible.

• Que muchas de ellas terminen en los vertederos, lo que lleva a problemas ambientales con el suelo, la vida silvestre y la gran masa de tierra que ocupa la basura.

• Financiar la explotación laboral e infantil. Solo basta con ver la etiqueta de tu remera para saber dónde fue fabricada. Muy a menudo suele ser en un país de África o de Asia, donde la mano de obra es barata y los derechos humanos no son prioritarios.

En Tucumán

En la provincia, se afianzan proyectos de venta de ropa de segunda mano, vintage que recicurlan.

Por un lado está Vecchia Vintage, que nació en febrero de 2017. Desde entonces han logrado recircular más de 3.000 prendas. La idea del proyecto es informar, educar y promover el consumo consciente para generar un cambio en los hábitos y hacer un aporte al Medio Ambiente. Trabajan con un showroom e incentivan la venta de ropa que no se usa para darles una segunda oportunidad.

Lo mismo sucede con Second Chance, tienda de moda circular. Hace un año que impulsan llevar una vida sustentable y a compartir esta experiencia y hacer partícipes a todos aquellos que decidan sumarse.

“Creo profundamente que la moda tiene un rol en la promoción y el logro de la sustentabilidad y puede ser un elemento clave para trabajar hacia formas de vida más sustentables. Fue mi caso, ya que luego de cambiar mi forma de ver y consumir moda, también comencé a cuestionarme mis hábitos del día a día, dejé de comer carne, separo y reciclo mis residuos y consumo más conscientemente”, finaliza Marchionni. (Producción periodística: Gianna Camarda)