A dos años del brutal asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, los ocho rugbiers imputados por el crimen aguardan el incio del juicio, que tendrá lugar el 2 de enero de 2023. En la espera, a los jóvenes no se les permite tener ningún contacto físico con sus familiares y presentaron varias quejas.

Definida la fecha del juicio, se informó, además, que no se modificará la situación de los acusados en relación a su detención. En tanto, continuarán alojados en la Alcaidía N°3 de La Plata, en donde por estos días conviven bajo las mismas condiciones que en 2021.

Ante los reiterados pedidos de seguridad y el temor por ser agredidos, desde el entorno de los jóvenes se remarcó que el hecho de que permanezcan aislados del resto de la población carcelaria “no es un beneficio sino más bien un resguardo a su salud”.

De esta forma, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz se encuentran separados en cuatro celdas consecutivas con capacidad de dos cada una.

A dos años del crimen, recordarán a Fernando Báez Sosa bajo el lema "amor para todos, odio para nadie"

En diálogo con TN, las autoridades indicaron que “al igual que el resto de los detenidos reciben visitas una vez por semana, así como la recepción de mercadería, también proporcionada por sus familiares. La misma consiste en artículos personales”.

Asimismo, pueden tener momentos de recreación en el patio, pero deben permanecer alrededor de 21 horas en sus celdas. “Tienen celulares y pueden comunicarse con sus seres queridos a través de ellos”, precisaron.

El segundo aniversario remueve el dolor que causó el crimen de Báez Sosa

Recientemente, surgieron dudas sobre la salud de los rugbiers dado que en las redes se difundieron mensajes en los que se aseguraban que algunos habían contraído coronavirus. Lo cierto es que “la mayoría tuvo síntomas”, pero ninguno fue testeado y, consecuentemente, no se confirmó ningún caso.

Otra de las denuncias que hizo el grupo se centró en las incomodidades que atraviesan por la fuerte ola de calor y los problemas que enfrentan para poder combatirla.

“Tienen el mismo régimen que los demás internos, pero más ajustado porque el personal del servicio debe cuidar que nada les pase o les saquen fotos desde adentro”, aseguraron desde su círculo íntimo.