Algunos de los “lastimados” del principal paseo público, habilitado en julio luego de las reformas, son obras del vandalismo. Otras contingencias que la afean tienen que ver con el mantenimiento.

PERCHERO. En un poste del perímetro de la Estatua de la Libertad cuelgan una mochila y pegan calcos.
FALTA DE ASEO. Uno de los bancos luce infamado por los detritos de las palomas.
CON SERIOS DAÑOS. El protector de la placa que evoca un sitio histórico se encuentra astillado, como consecuencia de haber recibido golpes.
NO SE SALVAN NI LOS CESTOS. El depósito de basura también fue dañado.
DESAPRENSIÓN. La “propiedad pública” es considerada igual a “tierra de nadie” por algunos transeúntes.
ABANDONO. Las roturas y los desperdicios se tornan recurrentes.
DE PIE Y NO TANTO. Hay cartelería que se encuentra caída en la plaza principal de la Capital. A la vez, de una columna del nuevo alumbrado cuelgan cables sueltos.