“Los progresos de la tracción mecánica, que cada día adquiere mayor difusión en Tucumán, ha creado la necesidad de poseer las mejores estaciones de servicio, para atender en el acto cualquier desperfecto y contribuir a la eficiencia del transporte. En pocos años hemos adelantado mucho en tal sentido. La ciudad presenta el aspecto de una gran capital, con su enorme tráfico mecánico y la campaña se encuentra cruzada en todas direcciones por los ‘coches del diablo’, como eran denominados no hace muchos años”. De esta manera nuestras páginas de fines de octubre de 1935 anunciaban la inauguración de un nuevo centro de atención al automóvil en la esquina de Mendoza y Rivadavia (hoy Virgen de La Merced) perteneciente a la Standard. El edificio, de características coloniales, “ha venido a substituir la antigua esquina, casi en ruinas”.

De aquella flamante estación no quedan recuerdos, ya que en la mencionada intersección hay ahora un edificio de varios pisos, el Lara IV y en las restantes está la sede central del Siprosa y dos edificaciones que fueron demolidas no hace mucho. En cuanto a la maquinaria con que contaba se las consideraba “modernísimas”, además de tener un amplio garaje y un camión auxiliar “para estar en el acto donde sea necesario”.

En 1911 se instaló Standard Oil (más conocida como ESSO, que significa “Eastern Seabord Standard Oil”). Tres años más tarde, ya iniciada la Primera Guerra Mundial, desembarcó Shell. Las páginas de nuestro diario se vestían con su publicidad, como de la Texaco. La Standard, a través de su subsidiaria, la West India Oil Company y su famosa nafta “wico”, un acrónimo de sus siglas con el pequeño cambio de posición entre la o y la c. La compañía anglo holandesa lo hacía con la Anglo Mexican Petroleum, que tuvo que cambiar el símbolo representativo de aquellos años a causa de los crímenes del nazismo, de una esvástica a una ostra.

Llega la nafta YPF

En los primeros días de noviembre de 1926 se anunciaba bajo el “Industria Nacional” y la bajada “Nafta YPF” la instalación en nuestra ciudad del primer surtidor de la firma petrolera estatal argentina, creada por Enrique Mosconi hacia mediados de 1922 bajo la presidencia de Hipólito Yrigoyen.

El lugar elegido era la mismísima plaza Independencia frente a la Catedral. La crónica señalaba: “desde la semana pasada se expende en nuestra plaza un producto genuinamente nacional: la nafta Y.P.F (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). Por cierto que al tratarse de una producción de la rica industria argentina, los consumidores que encontrarán en dicho combustible para motores a explosión, un renglón bondadoso y conveniente, habrán de procurar el consumo del mismo, toda vez que en calidad, es realmente insuperable”.

Luego destacaba los usos que la nafta había tenido hasta el momento. “La nafta YPF es empleada por los aviones de las escuadrillas aéreas militares nacionales habiendo dado un resultado inmejorable en los raids que efectuó el general Justo, utilizando los aviones Breguet, que como se recordará, cumplieron una amplísima misión sin el menor inconveniente”. La petrolera nacional había instalado su primer surtidor en Argentina en 1923 en la porteña esquina de Bartolomé Mitre y Rosales.

Por aquellos años las crónicas destacaban los logros de “los locos al volante” y sus travesías recorriendo nuestro país, venciendo récords en cada prueba. Los caminos eran escasos hacia 1932: apenas alcanzaban los 2.000 kilómetros. En base a una política de expansión y a la creación de Vialidad Nacional en 1932, para 1944 la red vial superaba los 30.000 km.

Patentes diferentes

Volviendo al año 1935, por aquellos días de octubre los intendentes de las comunas de Monteros, Rodolfo Cuello Elías; de Concepción, Arturo Prat Ruiz; de Aguilares, Manuel Muro en representación del alcalde y por San Miguel de Tucumán Carlos Castro se reunieron con el ministro de Gobierno, doctor Antoni, para unificar el tema de las patentes de los vehículos para adoptar un tipo único y un convenio de libre tránsito.

El tema de la patente única no se resolvió debido a que los valores eran muy dispares entre la capital y el resto de los municipios. En este sentido se anunciaban controles “para evitar que se reproduzca el hecho anormal de que dueños de vehículos del radio jurisdiccional de la Capital obtengan patentes de los municipios del interior, por ser más baratas” y la policía emitiría los certificados de domicilio para que con ellos los propietarios puedan patentar los autos en sus jurisdicciones. Las penas iban a ser el doble del valor de la patente correspondiente.

Publicidad

Por aquello años también se vieron novedosas publicidades para las naftas, que aunque tomaban los conceptos de autonomía, potencia, etc con una mirada diferente.

Los triunfos en las carreras eran clave en propaganda pero la Shell, que ya había dejado atrás la esvástica como símbolo de la empresa por la ostra, incorporo la mirada de artistas y dibujantes para sus avisos.

Se informaba que la empresa “ha solicitado a destacados artistas de nuestro ambiente que interpreten el tema ‘kilometraje’, dándole absoluta libertad de expresión en todo sentido. La interpretación de hoy es del pintor Aquiles Badi”.

Y se explicaba: “Kilometraje barcos y figuras que evocan en la mente del pintor la distancia infinita del mar. Pero en la mente de todos los automovilistas expertos hay otro concepto concreto de distancia que rinde más kilómetros por litro”.

Badi fue un pintor argentino nacido en 1894 en Buenos Aires pero paso su infancia en Milán y luego en Argentina. Refleja en sus obras composiciones de resonancias clásicas italianas, y obras que revelan la preocupación por la guerra civil española. Murió en 1976.

En la otra publicidad bajo el mismo texto en esta ocasión se dijo la palabra “pique” al artista italiano Lorenzo Gigli, nacido en Recanati en 1896 . Se dedicó a la pintura, el dibujo, el grabado y la escultura. Estudió en Buenos Aires, en la Academia Nacional de Bellas Artes, de donde fue profesor de dibujo por décadas. Según el aviso la palabra “Pique” generó en el artista la imagen del polo, juego en el que “un petiso que al más mínimo estímulo del jinete arranca rápidamente en pos de la bocha. Idéntico a un automóvil que, impulsado con nafta Energina, pica instantáneamente respondiendo a la más leve presión del acelerador”.

Un centro de estilo colonial, que ya desapareció, se inauguraba en 1935. Patentes municipales