Decirle adiós a un amor nunca es fácil. Menos cuando se trata de uno construido a lo largo de muchos años, en lo que se han compartido alegrías, tristezas, sacrificios y recompensas. Sin embargo, llega un momento en que lo mejor es dejar ir. Soltar en lugar de aferrarse. Así lo pensó y así lo sintió Rita Cazorla al momento de decidir que el domingo pasado, en Paraná, iba a jugar su último partido con el seleccionado tucumano de seven. Ese que no sólo integró desde el principio, sino que ayudó a construir como referente del rugby femenino tucumano: Rita es al día de hoy la jugadora con más años de actividad en la provincia (16 años consecutivos desde su debut en 2005).

“No fue para nada fácil tomar esa decisión, pero después de todo este proceso y de lo que pasó este fin de semana, estoy convencida de que fue la decisión correcta”, asegura la ahora ex capitana de las Naranjas, tras jugar su último partido en la final del Seven de la República contra Buenos Aires.

“Lo empecé a pensar cuando comenzaron los entrenamientos del seleccionado, al ver la calidad de jugadoras con las que me entrenaba. Si bien las conocía por enfrentarlas con el club, es otra cosa cuando te entrenás a la par de ellas. Al ver todo ese talento, empecé a analizar que tal vez era el momento de cerrar una etapa. En el juego no tenía mucho más para darle al seleccionado. Pero me voy tranquila al ver que Tucumán tiene un futuro enorme”, explica “Bebé”.

Con toda su experiencia y dos títulos en el Seven de la República (2018 y 2019), Rita confiesa que la final contra Buenos Aires “fue un guiso de cosas. Muchas emociones y sensaciones. La Naranja es una camiseta que me ha generado muchas cosas. Vestirla siempre fue un sueño. Tal vez fue porque mi camino fue al revés: primero vestí la del seleccionado argentino, después de la mi club y al final llegó la Naranja. Un sueño cumplido por el que trabajé mucho dentro de la cancha pero también afuera, jetoneando todo lo que me parecía que había que cambiar o mejorar”, describe.

Si bien no pudo festejar el tricampeonato argentino consecutivo con las Naranjas, Rita asegura que tuvo la despedida que quería. “Sí, porque fue jugando. Algo que no pude tener en Las Pumas. Una espera despedirse adentro de la cancha, con sus compañeras, las que te ayudaron y acompañaron. Con Tucumán sí pude tener eso. En principio, la final iba a ser un partido de siete minutos para mí. Al final jugué los 14 minutos, y sentí como si hubiera jugado tres. Me sentí muy bien. Hasta me hacían bromas con que si estaba segura de que iba a dejar. Además, tuve el acompañamiento de mis afectos, mis amigas, hasta juveniles del club. Fue un ambiente de despedida muy lindo. Por eso, más allá del resultado, estoy muy feliz”, afirma.

Eso sí, la travesía por Paraná le dejó algunos moretones en los brazos. “Golpeadísima, je. Pero en general estoy bien, me siento bien. Puedo tirar un poco más a nivel clubes, que es más relajado. Todavía queda algo de Rita en Cardenales”, anticipa.

Hacia adelante

La ex Puma mira hacia 2022 como un año de transición. “Todavía me siento jugadora, pero pienso en ser entrenadora más adelante, y sería bueno dar mis primeros pasos, quizás dando una mano con juveniles y formándome con gente que sabe. No para dejar ya de jugar, pero sí para estar a la altura cuando me toque cumplir esa función. Sé de rugby, pero una cosa es tener ese conocimiento y otra es saber transmitirlo”, advierte.

Asoma otra posibilidad en el horizonte: el rugby femenino de 15, una modalidad todavía incipiente en Argentina (por ahora solo se juega seven), pero que se presenta como el futuro. Hacia allí apuntan los lineamientos de World Rugby, y por eso este fin de semana se presentarán por primera vez seleccionados provinciales femeninos en el Seven de la República masculino, a modo de difusión. Entre ellos está el de Tucumán, que en las últimas semanas ha venido trabajando con chicas de todos los clubes bajo las órdenes de Rudy Medina y José Lescano. “Me ofrecieron viajar con ellas para jugar, pero estoy bastante golpeada después del torneo, así que por ahora prefiero descansar y recuperarme. En el rugby de 15 son partidos más largos y hay que estar a la altura. Ir a media máquina no es lo mío. Pero al 15 lo veo como algo muy prometedor. Espero que no tarde 20 años en desarrollarse como el seven”, anhela Rita, quien no descarta volver a vestir la Naranja en esa otra modalidad: “me entusiasma. No hay tanto atletismo como en el seven. Es más contacto, más roce, y para eso sí me anoto”.

Rita tuvo hinchada propia en Paraná

Antes del viaje a Paraná con el seleccionado, Rita Cazorla les comunicó a sus amigas más cercanas y compañeras de Cardenales (con las que también compartió años en selecciones) que este iba a ser su último Seven de la República. Y por eso, varias decidieron viajar para acompañarla en su despedida de la Naranja.

Allí estuvieron Silvana Castro, Luciana Travesi, Belén Maroni, Patricia Moa, Valeria Groy y Carolina Mainardi.

Gracias a mis compañeras de selección en estos años, gracias al staff, managers, y a todos los que trabajan incansablemente por el rugby de mujeres. Párrafo aparte para mi familia que siempre me apoya, para mis amigas que viajaron hasta Paraná para acompañarme y también a las que no fueron pero estuvieron siempre presentes”, agradeció Rita.

Definiciones

Belén Maroni, compañera durante muchos años en Cardenales, la definió como “esa persona que te hace ver posible lo imposible. La convicción de que el dar no es ahora, sino la siembra de mañana, y que la decisión que uno tome siempre es y será la correcta para uno. Porque así uno lo elige para seguir adelante y crecer, pero mirando siempre adelante”.

“Resiliencia, sabiduría, trabajo y amor”. Con esas cuatro virtudes la pintó Patricia Moa, ex pilar de las “Purpuradas”.

Luciana Travesi, quien compartió varios años en Las Pumas con Rita, la describió como “una las jugadoras más completas del país. Y lo que transmite tan solo con su presencia dentro de una cancha es tremendo. No sentí lo mismo con otra jugadora. Agradezco haber compartido con ella mis años de rugby.