El ulular del viento bajando por las quebradas dice de quenas que lloran las penas de la baguala. Y esos truenos que golpean como retumbos de caja, acompañados de lágrimas, son rocíos que mojan el alma. Las nubes con su manto esconden a la montaña, que llora su congoja en una triste mañana. Y envuelta en su silencio, callada quedó la guitarra; partió Federico Nieva, el último cantor de vidala.

Luis César Urtubey


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