En un puñado de días se llevarán a cabo las elecciones generales de renovación parcial de ambas cámaras del Congreso nacional. Se trata de comicios clave, porque pueden modificar la actual correlación de fuerzas entre oficialismo y oposición.

En el caso del Senado, incluso, la coalición que gobierna, liderada por el Partido Justicialista, puede llegar a resignar el quórum propio con el que actualmente cuenta. En ese caso, la situación se tornaría aún más complicada para que el espacio político encabezado por Alberto Fernández y por Cristina Fernández de Kirchner retenga el poder en los comicios presidenciales de 2023.

Para Tucumán, finalmente, las elecciones del domingo conllevan un plus. Los electores elegirán a quienes representarán a la provincia en la Cámara Alta, nada menos que hasta 2027. Remplazarán a los senadores oficialistas José Alperovich -en uso de licencia, debido a la denuncia por abuso sexual que pesa sobre él- y Beatriz Mirkin; y a la opositora, Silvia Elías.

Pero aun con todos estos sustanciales elementos no se percibe en las calles un clima electoral. De hecho, el proselitismo que se vivió durante los días previos a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), del 12 de septiembre, resultó mucho más caliente, y con mucho más contenido que el que se está desarrollando por estos días.

De acuerdo al cronograma electoral vigente, la campaña arrancó el último día de septiembre. Empero, parece que las fuerzas que compitan el domingo 14 -en Tucumán, Frente de Todos (FdT), Juntos por el Cambio (JxC), Fuerza Republicana (FR), Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U) y Frente Amplio por Tucumán (FAT)- no llegaron a poner “tercera” en esta etapa.

“Estamos observando una campaña mucho más apagada. En Tucumán podríamos atrevernos a decir que la gran elección fue las PASO; y en las generales bajó la intensidad de la campaña; incluso disminuyó la exposición de algunos candidatos”, señaló a LA GACETA Alexandra Morales, directora de Meraki Consultora.

A su criterio, esta situación se explica porque los principales espacios debieron reconfigurar su forma, su coordinación y, principalmente, sus liderazgos, para encarar una nueva etapa, que no precisamente implicaría, en opinión de Morales, una continuidad de la primera. “En nuestra provincia, en JxC se observó una dificultad para diseñar una estrategia en común, que establezca las líneas de ejecución, tanto en territorio como en el discurso”, indicó.

No obstante, precisó que tal caracterización resulta válida para el ámbito comarcano. “En el plano nacional, debido al avance de JxC, esta alianza procuró mantener su estrategia; es decir, no cambiar aquello que le había dado resultado positivo en las PASO. Entonces, mantuvo el formato de la campaña de a pie, con el ‘cara a cara’ muy cercano, sin grandes actos o encuentros masivos”, explicó.

Morales advirtió que JxC, además, cambió su eslogan: “remplazó el ‘Basta’ por el ‘Yo decido’, que apela a mantener los resultados de las primarias”. Por último, destacó que los candidatos de la principal coalición opositora procuraron disminuir su exposición.

En la otra vereda

Por el contrario, se sabe que en el oficialismo no se quedaron quietos una vez consumada la derrota en las PASO. “Recordemos el conflicto que se generó, la presión desde el propio espacio y la reconfiguración interna”, dijo la analista.

Pero no fueron los únicos movimientos internos. “Se vieron cambios en la estrategia, que modificaron la forma de trabajar, el territorio y la comunicación. El eslogan del FdT pasó de ‘La vida que queremos’ a la campaña del ‘SÍ’, que trae aparejada una estrategia que busca apelar a reconvertir todo lo adverso, lo negativo, lo restrictivo a su estado afirmativo. Cambiar de restricción a libertad, pasar del ‘NO’ al ‘SÍ’”, observó Morales.

A modo de síntesis, la directora de Meraki Consultora dijo que, en líneas generales, el oficialismo está centrado en mostrar hechos de gestión y en reconvertir un poco la opinión de un votante determinado. “Por su parte, la oposición está corrida un poco de la escena electoral; no quieren dar ningún paso en falso que los perjudique. Confían en el voto castigo de la ciudadanía”, indicó, para explicar la pasividad de la campaña electoral.