La ciudad amaneció ayer envuelta en una densa niebla, fenómeno que sorprendió a aquellos tucumanos que madrugaron, tanto porque no se trata de algo común como porque disminuyó notablemente la visibilidad.

En una entrevista con LA GACETA.com, Darío Ovejero, licenciado en Geografía y profesor de Climatología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), explicó que la niebla es, básicamente, una nube que se forma al ras del suelo y es consecuencia de un fenómeno meteorológico que se denomina inversión térmica.

“Cuando aumentamos en altura la temperatura disminuye. Aquí, la superficie se enfrió de manera tal que la atmósfera circundante húmeda se condensó, es decir, se formaron gotitas pequeñas de hielo que constituyeron la nube en la superficie. Es tanto el enfriamiento que sufrió la superficie que generó que se llegara a la temperatura punto rocío (Td9) y se hiciera la nube acá abajo”, detalló.

“La masa de aire húmeda que estaba ya instalada en la provincia se enfrió, llegó al punto de rocío y se formó la nube en los primeros metros de la atmósfera”, resumió Ovejero.

Por su parte, el meteorólogo Leonidas Minetti (h) explicó: “el frente estacionario del norte del país, asociado al aporte de humedad en la región, generan las neblinas en Tucumán”.

El fenómeno consiste en pequeñas gotas de agua en la atmósfera que reducen la visibilidad. Ambos especialistas aclararon que la neblina no dura mucho tiempo, generalmente es matinal. “A medida que se va calentando la atmósfera, la niebla se va disipando y va quedando casi nada hacia el mediodía”, describió Ovejero.