Daniel Abad

Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA

Mediante Resolución 1050/21, la Secretaría de Comercio Interior estableció precios máximos para una serie de productos de consumo masivo hasta el 7 de enero próximo.

Ni en el considerando ni en parte resolutiva se hace mención alguna a que es una medida para frenar la inflación o de política inflacionaria.

La mención que se hace, literal: Que es deber del Gobierno Nacional garantizar los derechos esenciales de la población y su goce efectivo, resultando un interés prioritario asegurar el acceso sin restricciones a los bienes básicos, especialmente a aquellos tendientes a la protección de la salud, alimentación e higiene individual y colectiva.

Establece precios máximos para unos 1.400 productos de una oferta de alrededor de 14 mil. Un 10 por ciento. Es evidente que con el otro 90 por ciento los fabricantes pueden recuperar lo que “resignen” por tres meses.

En Argentina, 25 empresas de capital extranjero fabrican el 80 por ciento de los alimentos y artículos de limpieza..

El 85 por ciento de los insumos de esos productos son nacionales, sin embargo están dolarizados. Por otro lado, todavía existe un 30 por ciento de capacidad ociosa en las industrias. Cuál es la razón para amenazar con desabastecimiento.

Hay tarifas congeladas, salarios retrasados, dólar oficial (el que se usa para importar) anclado, mercado cautivo y horizonte de buenas ventas para lo que resta del año. ¿Cuál es la razón del incremento de precios?

En nuestra historia ningún control de precios sirvió como política antiinflacionaria, menos con expectativas de precios y brecha cambiaria disparadas como ahora.

Un plan contra la inflación, ya lo hemos dicho, debería enmarcarse en un plan económico integral. Para acordar con el FMI es inevitable ese plan económico.

De manera que este congelamiento parcial apunta a otra cosa. A permitirle a los sectores de menores ingresos (cuentapropistas fuera de toda paritaria o convenio colectivo por ejemplo) poder acceder a una canasta limitada de alimentos y bebidas por tres meses para pasar las fiestas.

Sin dudas que el clima electoral juega un rol importante, tanto para el oficialismo como para oposición, pero hay que separar la paja del trigo, estos productos se fabrican mayoritariamente con insumos nacionales. No se explica racionalmente ninguna amenaza de desabastecimiento ni mucho menos incrementos desmedidos