El arándano es la fruta más exitosa de los últimos años. Su oferta y demanda aumentan año tras año; y se globalizó, por lo cual ahora está presente en todos los continentes.

Esta situación llevó a que se genere una fuerte competencia entre proveedores, que se torna cada vez más complicada. Otro desafío son las exigencias del consumidor moderno.

“Surge la duda acerca de si la producción y la comercialización del arándano podrán cumplir con tales exigencias para asegurarse el éxito futuro o si se tratará de una estrella fugaz, que desaparecerá”, plantea Betina Ernst, de la consultora Topinfo.

El arándano como producto local y de temporada hace rato que pasó a la historia. En pocos años esta fruta se ha globalizado, como pocos otros productos lo han logrado.

Actualmente se lo cultiva en muchísimos lugares; desde el Ecuador a los extremos del norte y del sur de los continentes. En mayor o en menor medida, la mayoría de los países frutícolas han incursionado en este cultivo. Los productores tradicionales -como Estados Unidos, Canadá, Polonia, Alemania- se enfrentan actualmente a una creciente competencia por parte de los últimos ganadores, como Perú, México, Marruecos, Europa del este o China.

Todos los años se siguen sumando países; algunos de los cuales nunca se hubiera pensado que eran aptos para este cultivo. Tales son los casos de Colombia, de Ecuador, de Zimbabue, de Zambia, de Namibia o de Kenia. Todo esto llevó a una explosión del cultivo de arándanos en todo el mundo y durante todo el año. El mercado respondió positivamente, y el consumo se incrementó en la misma medida.

Incógnitas

Pero el aumento de este negocio, conllevo a nuevos desafíos. Surgen muchas incógnitas. ¿Habrá suficiente mercado para la gran producción que se espera? ¿Cómo se ubicarán los diferentes países en el concierto de oferentes? ¿Qué pasará con los precios; seguirán cayendo, complicando la rentabilidad? ¿Se logrará suficiente diversificación y valor agregado para evitar que se transforme en un commodity? ¿Se logrará una producción suficientemente sustentable que cumpla con las exigencias de las generaciones futuras? Estas con algunas de las preguntas.

Actualmente hay arándanos durante todo el año. Las temporadas se superponen. Prácticamente desaparecieron las ventanas comerciales. El mayor aumento de la producción se dio justo en el cambio de temporadas entre el norte y el sur. Los diferentes oferentes ya no compiten solamente con sus pares de la misma latitud, sino también con los de otras latitudes.

Hay momentos en el año, en los cuales se da una gran superposición. Por ejemplo, en marzo coinciden en los Estados Unidos: Chile, Perú, México y Florida; en Europa: Chile, Perú, Marruecos y España.

Solamente en plena campaña, predominan netamente los proveedores de dicho hemisferio. Por ejemplo, en enero lo es Chile y Perú. De junio a agosto lo son los productores locales. La competencia se genera entre ellos; como puede ser la producción alemana con la holandesa, polaca y serbia. En los Estados Unidos lo es la de los diferentes Estados.

Precios

El aumento de la oferta y el surgimiento de proveedores con menores costos llevaron a un ajuste de precios en toda la cadena. Esta situación favoreció al comercio. El arándano se hizo más popular y dejó de ser un producto de lujo.

Por otro lado, el aumento de las promociones y el hecho de que el arándano es buscado por las cadenas para atraer a los compradores, ayudó mucho al aumento de las ventas. El lado negativo son los menores precios pagados a los productores. Estos tienen que ser cada vez más eficientes para poder competir. Pero la diferencia de costos entre los países es muy marcada, en especial los laborales.

El costo por hora en los países del Este europeo (Serbia, Rumania) es tres a cuatro veces menor que el de los países occidentales (Francia, Holanda, Alemania). Mayor aún es la diferencia con países como Perú, Ucrania o Sudáfrica, donde el valor por hora es ocho a nueve veces menor. No hay eficiencia que logre compensarla. Se busca diferenciar el producto mediante la calidad, forma de producción (orgánica), presentación, regionalización (ofrecerla como local) o forma de comercializar (venta directa de finca).

Producción sustentable

El consumidor moderno exige que el producto que compra provenga de una producción sustentable. Para lo cual se informa, lee, se deja influenciar por los medios sociales, etcétera. Este punto adquirirá creciente importancia.

Producciones que no logren cumplir con las exigencias, pueden tener serios problemas e incluso quedar fuera del sistema. Hay aspectos que se consideran relevantes, como es el uso del agua y de la energía, la emisión de gases invernadero, la incidencia sobre la biodiversidad, el transporte, etcéteras, así como aspectos sociales. Surge la pregunta de si las producciones de arándanos en las diferentes regiones podrán resistir al examen de sustentabilidad.

El arándano como fruto tiene casi todo por ganar, entre su sabor, color, salubridad y practicidad. Pero hay un aspecto que le pesa mucho: la necesidad del envase plástico. El envase en el comercio de frutas y verduras está en la mira del consumidor actual.

Se está trabajando duramente para eliminar, reducir, reciclar los envases. Constantemente se publican novedades sobre alternativas más ecológicas, sea con materiales naturales, sea mediante la reducción del uso de plástico o mediante el reciclaje. La presión pública es tal que en países como Francia y España salieron disposiciones que prohibe el uso de plástico en las frutas y en las verduras a partir del año que viene y de 2023. Los arándanos, junto con las restantes berries, no la tienen fácil en este aspecto. Aún no se encontraron alternativas viables al plástico.

Un aspecto a resaltar es la tendencia hacia el uso de envases más grandes, que es una forma de reducir la incidencia del material de embalaje sobre la cantidad de fruta comprada.