Los organizadores del carnaval de Río de Janeiro (Brasil) advirtieron hoy que si las autoridades -que confirmaron la realización de la gran fiesta carioca- disponen reducir la cantidad de público en el sambódromo pospondrán los desfiles de las escuelas de samba.

Voceros de la Liga Independiente de Escuelas de Samba (Liesa) de Río de Janeiro fundamentaron su advertencia en el hecho de que este espectáculo no es como el fútbol, que se puede hacer con poca cantidad de público, ya que tendrían problemas económicos porque tampoco pueden reducir el tamaño del desfile.

"Quiero advertir a todos, ¡el Carnaval no es así! No podemos reducir el tamaño de este espectáculo, ni la audiencia, porque entonces no tendremos suficiente dinero para financiar este mega evento, y mucho menos componentes”, dijo el presidente de Liesa, Jorge Perlingeiro.

El dirigente lanzó su advertencia durante una audiencia pública de la Comisión Especial de Carnaval celebrada hoy en la Cámara Municipal, en la que las autoridades ratificaron la realización de las fiestas carnestolendas.

Según la previsión del Gobierno municipal, a finales de noviembre Río de Janeiro revocará las principales restricciones relacionadas con la pandemia, incluido el distanciamiento social y el uso de máscaras, pero la celebración del carnaval dependerá del escenario de la pandemia hasta mediados de enero y febrero del año que viene.

El secretario municipal de Salud, Daniel Soranz, estimó en la audiencia que a fines de noviembre se podrán levantar prácticamente todas las restricciones principales en la ciudad de Río de Janeiro. "Pero si tenemos una alta tasa de transmisión, por sí sola, no será posible tener un carnaval”, admitió.

El alcalde, Eduardo Paes, quien se refirió a la importancia del pasaporte de vacunación, que empezará a exigirse a la población para el acceso a lugares cerrados, dijo que Río de Janeiro es una ciudad turística, que quiere recibir turistas, que quiere volver a la normalidad. "Queremos festejar el Reveillon, tener Carnaval, tener el verano con hoteles llenos”, dijo.

Las autoridades brasileñas exigen a los turistas sudamericanos la presentación de un test de covid-19 con resultado negativo, con una antelación de 72 horas, además de declaraciones juradas de salud, en tanto los menores de 12 años acompañados por sus padres están exentos de la presentación de la prueba de PCR.