El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, advirtió que la pandemia de coronavirus expuso la peor cara de la sociedad, y reclamó a la dirigencia despojarse de egoísmos y ambiciones. Lo hizo durante la lectura de la homilía durante la misa por la Batalla de Tucumán.

"Esta situación de pandemia nos ha desconcertado, hemos experimentado el dolor, el sufrimiento, la amenaza, la fragilidad, el peligro hasta el límite de la muerte. Además se han visualizado y puesto al descubierto con mayor evidencia otras tantas enfermedades sociales de nuestra patria: la falta de respeto por la vida en todas sus etapas y circunstancias, la prepotencia, las divisiones, las injusticias, las desigualdades, la indiferencia, la corrupción; que agravan la estructural y extrema pobreza de muchos hermanos; la violencia, los homicidios, suicidios y abortos, las adicciones u la falta de oportunidades de educación y trabajo digno", sostuvo el prelado ante la presencia del vicegobernador, Osvaldo Jaldo, a cargo del Poder Ejecutivo. 

"No nos dejemos robar la esperanza, dios está de nuestro lado", sostuvo el arzobispo.

Además, recordó la gesta de 1812 y el papel de la Virgen de la Merced. "En 1812 el enemigo era más poderoso, pero dejando de lado el egoísmo y la ambición, pusieron todos sus bienes, sus fuerzas y hasta su propia vida por el ideal de libertad", afirmó.

Y cerró: "Belgrano supo escuchar al pueblo tucumano, no fue un desobediente, sino que fue obediente al clamor del pueblo".