Nada es mejor que rendir un examen eligiendo una materia que se conoce, y en un debut. Es por lo que optó Manzur al comenzar su gestión como jefe de Gabinete, liberando actividades y eliminando restricciones en la pandemia. Nueva etapa para todos, y todas. Como especialista en la materia vale creer que avanzó en esa línea manejando datos precisos y haciendo proyecciones concienzudas sobre el impacto en la salud. Política sanitaria que le llaman. Sin embargo, como accedió al puesto para intentar revertir o mejorar la performance electoral del Frente de Todos, también es válido sospechar que pensó en los comicios. Sanitarista político, se puede decir. Como sea, el riesgo es doble: que se equivoque como sanitarista y que la covid-19 vuelva a hacer de las suyas, o que finalmente su gesta no baste para evitar la derrota en noviembre. En fin, los resultados dirán si la política sanitaria fue de la mano del sanitarista político.