Los votos obtenidos en las PASO fueron más que los que preveía Todos por Tucumán. La lista que lidera el vicegobernador Osvaldo Jaldo superó los 190.000 sufragios y ese resultado convirtió al Peronismo Verdadero en la segunda fuerza política más importante de Tucumán, al compararlos con los votos obtenidos por los otros espacios.

¿Qué implica esa cantidad de sufragios? Los votos acumulados por el jaldismo son equivalentes, por ejemplo, a la totalidad de votos que el Frente de Todos obtuvo en otro distrito justicialista como Chaco (197.700) y supera a los que el oficialismo logró en Salta (169.300). Jaldo perdió frente a la lista de Juan Manzur por una diferencia de casi 100.000 votos. Sin embargo, el presidente de la Legislatura también se siente artífice de un resultado global que permitió a Tucumán alcanzar casi el 50% de los sufragios y mostrar en el mapa nacional que sigue siendo del Frente de Todos, una provincia peronista.

Manzur le ganó la pelea a su compañero de fórmula, pero no por nocaut; fue por puntos, por lo que el vicegobernador sigue en carrera y pide la revancha. No será ahora. Esa contienda se dará en 2023. Los aliados al titular de la Cámara y los simpatizantes corearon ayer “Jaldo gobernador para 2023” en el búnker instalado en el Hotel Presidente, allí donde los peronistas históricos solían tomar café y compartir largas charlas para definir estrategias electorales.

“Manzur sin Jaldo no puede. Con 28 puntos logrados en las PASO no podrá hacerle frente a la oposición”, dijo Jaldo a LA GACETA, señalando que la sociedad debe continuar, no por afecto, sino por conveniencia electoral, por supervivencia política.

“No perdí; yo gané”, desafió el vicegobernador al analizar los resultados provisorios. A partir de la cantidad de votos alcanzados, el tranqueño realizó anoche un scrum con sus principales figuras, que se mantuvieron dentro del Peronismo Verdadero a pesar de las presiones y de los llamados de la Casa de Gobierno para cambiarse de camiseta.

Jaldo repite “Sin Osvaldo, Juan Manzur no podrá seguir”, sosteniéndose como conductor de la provincia y del peronismo. Ambos se necesitan, pero la relación está dañada. El vicegobernador no quiere fotos con el gobernador; tampoco subirse a un escenario para compartir un acto de campaña. Para esta misma semana ya programó actos en el interior no sólo con el objetivo de agradecer el acompañamiento en las urnas, sino para robustecer la anticipada campaña hacia la gobernación en 2023. Si es necesario, lo hará en soledad. “Me animé a luchar contra un aparato que mueve el 88% del Presupuesto, cuando en mi caso puede decirse que administro un 4% del total de gastos”, apunta.

Con peso específico

“El gobernador podrá mostrarle a la Casa Rosada que en Tucumán alcanzó el 50% de los sufragios, pero esos votos no son sólo de él; una gran parte es de Peronismo Verdadero”, expone.

Por estas horas, la única posibilidad de que el peronismo tucumano tenga una tregua es a través de la mediación del Gobierno nacional. No habrá cumbre entre el 1 y el 2 de la provincia. Los teléfonos entre jaldistas y manzuristas seguirán abiertos. Y es probable que bajen los decibeles respecto de los cuestionamientos a la gestión del Poder Ejecutivo. El problema que todo esto dependerá de la mano federal. Hoy la Casa Rosada tiene una preocupación mayúscula: preparar una estrategia que le permita en los próximos dos meses revertir una inesperada derrota.

Jaldo no dejará de ser candidato a diputado nacional. Será parte de la oferta que el 14 de noviembre llevará la boleta del Frente de Todos. Acompañará a la ministra de Salud Rossana Chahla, con quien tiene buena sintonía, y hasta estará unido por una líneas troqueladas a la nómina a senadores que componen el diputado Pablo Yedlin, la legisladora Sandra Mendoza y el propio Manzur. Así también está la relación del binomio gobernante, a un doblez con una línea de puntos que puede llegar a cortarse. “Lo que no me lo dio la Casa de Gobierno ni la Nación me lo concedió la voluntad popular: un lugar en la lista oficial”, reflexiona el presidente de la Legislatura.

EL BUNKER DEL VICEGOBERNADOR

Papel picado y pantalla gigante.- Con papel picado, música y pantalla gigante recibieron al vicegobernador Osvaldo Jaldo en el búnker montado en el hotel Presidente. “Muchas gracias de corazón por el gran acompañamiento a este espacio que a partir de hoy nace dentro del peronismo”, manifestó. “Gracias a todos los que confiaron en nosotros, a cada vecino de la provincia, que nos acompañó. Somos el 40% con 170.000 votos que nos convierten en la segunda fuerza política en Tucumán”, agregó el vicegobernador.

Silencio al principio, fervor al final.- Durante las primeras horas de la noche, el hotel Presidente lució desolado. Pocas personas se movían dentro de los salones que había elegido el vicegobernador para esperar los resultados. Eso cambió minutos antes de que el dirigente subiera al escenario. En ese momento la sala se llenó, empezó la música y llovieron los papeles picados. También aparecieron los dirigentes que antes habían brillado por su ausencia, al menos en la planta baja del hotel. Al escenario subieron Antonio Ruiz Olivares, Regino Amado, Gladys Medina y el intendente bandeño Darío Monteras, entre otros.

Para hacer más llevadera la espera.- Por el búnker jaldista desfilaron los mozos. Entre las bebidas que ofrecían había vino, cerveza, agua, soda y gaseosas. Los concurrentes también pudieron picar empanadas y sándwiches.

Poco distanciamiento social.- El calor fue una constante dentro de los salones del búnker jaldista. Además, en los momentos de mayor concurrencia el distanciamiento social se convirtió en el gran ausente.