CONCEPTO: “Este año el mensaje detrás de la indumentaria de verano es una declaración de optimismo, alegría y una mayor expresividad desde lo visual. Algo que demuestra el intento de renovar nuestra energía después de tantos cambios por la pandemia. Esto va a notarse en la explosión de color y la cantidad de estampados presentes”, explica la diseñadora de moda Luz Roldán Castillo. Además, los límites entre lo formal e informal van a seguir desdibujados. Por ejemplo, con la estética de sastrería para todo día y las prendas cómodas (comfy).

COLORES: los tonos pasteles continúan en auge (con énfasis en el lila, celeste y verde menta). Esta vez el puesto de honor en la paleta de colores veraniegos es para el rosa, tanto en su versión atenuada como con la intensidad del fucsia. Entre las tonalidades más brillantes aparecerá muchos atuendos con amarillo, naranja y azul. También estarán presentes los colores tierra, chocolates y crudos dado que su neutralidad nos aporta calidez.

ANILLOS. Son llamativos y con cierta estética infantil.

GÉNEROS Y TEXTURAS:  no hay dudas de que el crochet es el icono indiscutible de esta temporada y vamos a hallarlo en remeras, vestidos, conjuntos, camperas y bolsos. Observaremos también mucho denim, lino y broderie.

ESTAMPADOS: la apuesta más fuerte nos conduce al tie dye, las estampas psicodélicas y animal print de cebra. “Otros patrones que tendrán su momento de gloria son los cuadros, con el estampado vichy (esos cuadraditos súper pequeños que identificamos en los manteles de picnic) y damero (igual al ajedrez)”, comenta la diseñadora Alma Gutiérrez. Dentro de la inspiración romántica y fresca, acompañan las flores en diversos tamaños.

PARA ARRIBA: las camisas cortas y los  tops con escote cortina representan dos básicos para el placard. “El distintivo de las prendas superiores estará en las mangas abullonadas, con frunces, volados o aberturas (recortes llamados cut out) en la espalda, cintura y/o busto. En muchos casos, los cuellos irán con cierre o terminación de chomba”, agrega Roldán Castillo. Entre las opciones para las valientes figuran las remeras bandana (lo cual implica literalmente cubrirnos con un pañuelo). En los días más frescos, los abrigos estrella serán las maxi camisas, los chalecos de punto y los bléiseres sin mangas.

DISEÑOS. Veremos ropa con mucho lila, rosa y verde menta.

PARA ABAJO: los pantalones estrella son aquellos con corte wide legs (tienen un aire triangular y soltura desde la cintura) y anchos (dad pants). “Este 2021/2022 toca el retorno de los capri para mostrar la pantorrilla y las bermudas con telas de sastre, jean o deportivas. Al margen, las polleras tendrán tablas, volados y entrecruces o con terminación pareo”, agrega Gutiérrez. También las pasarelas han mostrado un avance de las monoprendas, en su versión mameluco laboral (con mangas y ajuste en la cintura), jardinero o tiras para usar con musculosas.

CALZADO: la vibra relajada se ve con la llegada de las flip flops (sandalias acolchadas y con una base suave), las sandalias deportivas con abrojos (estilo Teva) y las gladiadoras (caracterizadas por sus tiras para atar). En una línea más cerrada tendremos bastantes mocacines, balerinas y zapatillas formato bobitas con sectores coloridos.

ACCESORIOS: La bisutería nos dará la chance a varias generaciones de regresar a la infancia. La parte divertida serán los collares, aros y pulseras con canutillos, mostacillas y tanza. “A mucha gente puede causarles horror, pero la moda revivió a los anillos chunky: argollas hechas de arcilla o plástico y decorada con cristales, cuentas y un montón de dibujos. Para darnos una idea, a la vista parece que llevamos juguetes en nuestros dedos”, acota Roldán Castillo. Desde el lado “conservador” serán bastante populares los collares con perlas o eslabones, las bandanas y las gorras deportivas.