Las universidades privadas de Kabul estaban vacías, en el primer día de clases tras la conquista de los talibanes en Afganistán y después de que impusieran una división de aulas con cortinas o tablas para impedir las clases mixtas.

Mientras en algunos establecimientos no asistió ni un solo estudiante, autoridades y profesores de otras casas de estudios contaron que la presencia había sido muy baja.

“La mayoría de nuestros estudiantes no vino”, afirmó Reza Ramazan, profesor de informática en la universidad Gharjistan, en Kabul. “Ni siquiera sabemos si siguen en el país”, agregó.

El regreso a las universidades privadas se da un día después de que los talibanes anunciaran que aceptaban que las mujeres estudien, pero bajo estrictas condiciones, como no mezclarse con hombres en las aulas y usar una abaya negra y un nicab que les cubra el rostro.

Además, las estudiantes mujeres deberán salir de clase cinco minutos antes que los hombres y esperar en una sala hasta que estos últimos hayan dejado el edificio.

“De nuestros 1.000 estudiantes, menos de 200 vinieron hoy”, manifestó Noor Ali Rahmani, director de la universidad Gharjistan. Rahmani espera que la comunidad internacional, tradicional sostén económico de este país pobre, “presione a los talibanes” para que flexibilicen su política. “De lo contrario, nuestros estudiantes no lo aceptarán y tendremos que cerrar la universidad”, agregó.