Llega el tiempo del aire libre, de las reposeras al sol y de las siestas en piletas. Para algunos, lograr la privacidad del jardín -para que no quede a la vista de los vecinos o de las personas que circulan por la calle- es una materia pendiente, o porque no tienen ni tapia ni lona, o porque todavía sus plantas no se han consolidado o porque no cuentan con ellas, básicamente. Justamente, septiembre trae consigo la época de las plantaciones. Pero, ¿cómo elegir las variedades correctas para armar cercos vivos? En líneas generales, se recomienda considerar tres aspectos: que no se enfermen fácilmente, que tengan follaje todo el año y que sean manejables, de modo que podamos mantenerlas con podas regulares si fuese necesario.
"Hay plantas de colores atractivos para darle vida al exterior de las casas", dice Nicolás Alzogaray, especialista en paisajismo y propietario de un vivero. De hecho, cuenta que debido a las cuarentenas la gente se ha dedicado más a embellecer sus jardines, galerías, patios y balcones, puesto que ahora las reuniones familiares y con amigos transcurren al aire libre. Además, según qué elección vegetal se haga, el cerco verde podrá atraer polinizadores como mariposas y abejas y también algunas aves, como los colibríes.
Eugenia
Podría decirse que se ha puesto de moda en Tucumán, sin riesgo a equivocarse. Es un arbusto cada vez más extendido en los jardines. Su gran porte y su follaje (tupido, impermeable y presente todo el año) han hecho de este ejemplar el favorito de quiénes quieren encerrarse sin levantar muros. Sus hojas son pequeñas, brillantes, de color verde rojizo y muy vistosas. Sin podas, puede superar los seis metros de altura y los cuatro metros de diámetro. Un valor añadido es su crecimiento, relativamente rápido en el semestre cálido. La exposición con la que mejor se lleva es pleno sol. Su precio va desde unos $ 700 por una planta de unos 0.70 centímetros de altura, más o menos.
Fotinia
Se trata de un arbusto de gran tamaño, perenne y de forma ovoide. Sus hojas son verdes y lustrosas. Los brotes tienen un tono rojo intenso; maravilloso. En primavera, se llena de flores de color blanco. Al igual que la Eugenia, esta planta consigue que la gente se voltee a mirarla o a preguntar su nombre. Necesita suelos fértiles y bien drenados, aunque en el verano tucumano (donde el sol y la lluvia se codean) cualquier vegetal hace de las suyas. Cada plantita de unos 0.70 centímetros va desde los $ 900 en adelante. Alcanza los seis metros de altura y los tres metros de diámetro.
Olea texana
Es un arbusto de crecimiento un poquito más lento (en comparación con los dos mencionados anteriormente). También su altura máxima puede ser levemente inferior, pues ronda los cuatro metros (al igual que su diámetro). No obstante, su belleza es tanto o más comparable. Tiene una forma ovoide. Sus hojas son de un verde oscuro y muy brillante. Sus flores blancas aparecen en primavera y el perfume es inigualable. El oleo texano es perenne y rústico. Se lleva bien con una exposición a pleno sol (para que el follaje adquiera todo su esplendor). El precio arranca desde los $ 900 por ejemplar.
Duranta
Es amarilla, crece rapidísimo y logra una tupidez inigualable. Además, es una de las plantas para cerco más económicas del mercado, con precios que van desde los $ 150 en adelante. "Los plantines en venta son pequeños, por lo general. No se consiguen de tamaños importantes porque los clientes se los llevan rápido, debido a que son baratos y a que crecen pronto", explica Alzogaray. La principal desventaja de la duranta es que, en otoño y primavera, es atacada por una mosca blanca, lo que obliga a sus dueños a realizar constantes aplicaciones de algún insecticida, en esa época. Además, en invierno las hojas se vuelven oscuras, con tonalidades negras. "Las personas creen que se ha muerto o secado, pero es parte de su fisonomía. Se corrige sola cuando pasan las heladas", añade el viverista.
Ligustro
Si se busca algo económico, sin dudas este es el arbusto indicado: un paquete con 10 plantines puede conseguirse por $ 200. Otra ventaja es su crecimiento: en un abrir y cerrar de ojos. La contrapartida es que requiere un excesivo mantenimiento, sobre todo en verano. En los jardines chicos, se lo debe poder prácticamente cada 10 días, porque en una semana puede comerse un metro o metro y medio de espacio. Por ello, cada vez se requiere menos. De hecho, en Tucumán resulta difícil de conseguir.
* Finalmente, un consejo de Alzogaray es combatir las poblaciones de hormigas que atacan estos cercos vivos cuando son pequeños. Cualquier tipo de insecticida, en polvo, líquido o granulado será bienvenido.