La actividad febril llegó a la ciudad y marca un punto de inflexión para el progreso de nuestro terruño olvidado del este. Esta acción política es meritorio destacar, que apunta a dinamizar la economía local. Cuando las máquinas modernas comiencen a funcionar se podrá establecer que tendremos una fuente de trabajo genuina. Que las elaboraciones de diversos productos regionales serán ese impulso que está esperando nuestra capital del Sulky para salir del letargo en que se encuentra hace tanto tiempo. El presente marca que se encuentra en plena construcción la fábrica, y el impacto es positivo ya que muchas familias, desde aquellos jefes de hogares albañiles, sus ayudantes, las cooperativas que se encuentran trabajando a destajo en distintos espacios del edificio. El paso de los camiones y las máquinas a diario, irrumpió en la parsimonia de todo el barrio que colinda con la fábrica. Como vecino y emprendedor, remarco que la fábrica no está funcionando, pero el movimiento de obreros mejoró altamente las ventas de todos los negocios y almacenes. Un rasgo a resaltar es el beneficio a los vecinos que viven sobre calle Hipólito Yrigoyen que conduce a la fábrica es que podrán contar de ahora en más con gas natural. Por mi trabajo, observo con alegría el avance vertiginoso de la fábrica; se está mejorando el alumbrado público, más la reubicación de familias que viven en el predio del ex matadero, serán destinadas a casa nuevas. En poco tiempo, la cinta se cortará y la ciudad se vestirá de fiesta, porque el progreso llegó para brindar bienestar a los simoqueños, sabiendo que los buenos productos de nuestra madre tierra se convertirán en la dulce compañía de todos los argentinos, con la fabricación de nuestro dulce de batata. Esperando que sea el punto de inflexión para la llegada de más fábricas a la ciudad.

Sergio Saprun


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