“La situación en la Legislatura es totalmente anómala. Ahora el bloque que es una minoría cada vez menos mayoritaria tiene la presidencia subrogante y la vicepresidencia primera. Mínimamente la vicepresidencia segunda debería ser para nuestro bloque pero Jaldo no puede ir en contra de su corazoncito bussista, por eso le dio la segunda vicepresidencia a Fuerza Republicana. Por eso mismo se deshace en mimos con los máximos defensores del genocida Bussi: Gilda Pedicone de Valls y Javier Morof. Esta situación de anomalía puede tener graves consecuencias institucionales para el Poder Legislativo: hasta puede llegar a ser intervenido”, señaló Luis Romano, referente del Movimiento de Unidad Popular. Si algo faltaba a la interna oficialista es que la pelea política derive en cuestiones institucionales.