Se encienden las hélices y la emoción se siente en el aire. Y es que los chicos del hogar Belgrano saben que ya empieza algo que han estado esperando: su primera vez en el aire.

Son niños y adolescentes que no la han tenido fácil: muchos de sus derechos han sido vulnerados y por eso se encuentran a resguardo del Estado. Pero, en momentos como este, todo se olvida. Desde hace años el hogar posee el proyecto “Centro de Actividades Saludables y Significativas”, con las que ya han hecho de todo: trekking, karting, rappel, kayak... Y, ahora, se preparan para volar.

Sábado por la tarde y de tres en tres los entusiasmados niños van subiendo al avión que espera en el Aero Club de Horco Molle para recorrer durante 15 minutos la ciudad. “Nunca me he imaginado estar acá”, afirma Marcelo, que quiso subir en el primer vuelo pero sus compañeros le ganaron de mano. “Se siente piola esto, porque nos traen a una actividad que siempre hemos querido -agrega-; creo que desde arriba se va a ver todo, el hogar… Quiero volar ya”. Por supuesto, las emociones son diversas: “se siente como algo terrorífico, pero me gustó”, desliza Samuel, que ya ha tenido su oportunidad, y admite que en el futuro le gustaría poder pilotear.

UN DÍA INOLVIDABLE. El buen clima acompañó los vuelos de bautismo.

Oportunidades

Luego del primer despegue, Javier Fucho, profesor de Educación Física y encargado del proyecto, comenta que el objetivo es brindarles a los jóvenes actividades de aventuras y turismo activo. “La idea es que atraviesen diversas sensaciones, que tengan las posibilidades que no han tenido nunca, darles propuestas atractivas y en condición de igualdad”, afirma. Todas las actividades que se han realizado son consecuencia de una red de contactos con empresas de turismo activo o fundaciones. Para el Aero Club, poder participar de algo como esto es una alegría: “Es devolverle a la sociedad lo que la sociedad hace con nosotros. A un grupo de pilotos jóvenes les llegó la inquietud desde el hogar, se hicieron eco y le propusieron a la comisión directiva hacer algo diferente para los chicos”, cuenta Daniel Franchello, presidente del Aero Club Tucumán. Así, todos los niños del hogar hicieron su vuelo de bautismo.

Devolver derechos

“La idea de los Dispositivos de Cuidado Institucional (DCI), como el Belgrano, es inculcar valores a través de actividades recreativas e ir impulsando la construcción de ciudadanía”, comenta Myriam Martini, que preside la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, a la cual pertenece el hogar.

A LA ESPERA. La ansiedad crecía a minutos de volar por primera vez.

“En la restitución de la ciudadanía está implicado el acceso a los derechos. Y la recreación es uno de los que muchos de estos chicos no han tenido -explica Daniel Navas, director del DCI-; estas experiencias sirven para mostrarle a los chicos que hay algo más allá de la cuadra y el barrio. Algo más allá, a lo que ellos también tienen derecho y pueden acceder. ¿Quién te dice? Quizá se entusiasmen y en el futuro sea uno de ellos el piloto que esté volando”.

“Es sumamente significativo para los adolescentes que ellos puedan descubrir nuevas emociones, el trabajo en equipo, la solidaridad, el compañerismo”, justifica Carla Madrid, subdirectora del DCI.

“Se espera que los chicos disfruten, que el acceso al esparcimiento sea parte de su vida cotidiana y que puedan ser (estas experiencias) una fuente de motivación y el inicio de algo más”, concluye Bruno Medina, subsecretario de Niñez, Adolescencia y Familia.

A futuro

“En 2018 este ha sido seleccionado como el mejor proyecto de innovación social del noroeste -dice orgulloso Fucho-; alguien me dijo que esta propuesta puede volverse ley, porque vela por los chicos sin recursos y trabajamos en la integración e igualdad. En estos momentos dónde los flagelos se acrecientan es una buena alternativa, ya que muchas políticas no se enfocan en eso”. Por esto Javier se permite soñar con un programa con presupuesto propio, que se pueda replicar en otras instituciones similares y brindar a más niños oportunidades de diversión.

Alarmas encendidas con la pandemia

Los DCI se encargan por velar y cuidar a niños en situación de vulnerabilidad. Con la llegada del coronavirus la situación se agravó. “La pandemia hizo que se incrementaran numerosas situaciones de vulnerabilidad, que exigieron que el estado tenga que multiplicar su tarea de cuidado. Por ejemplo, los niños, al no acudir a las escuelas, muchos convivieron con agresores o factores de violencia”,  remarca Myriam Martini, que define a la pandemia como un gran desafío.