A Delfina la conocí cuando llevaba a las competencias nacionales a mis alumnos. Es muy joven y tiene una gran categoría, además de ser muy sana. No olvidemos que ella es campeona panamericana y que cambió de entrenador el año pasado.

No puedo olvidar lo que fue su preparación para Tokio, cuando entrenarse era un delito. El año pasado, y por la pandemia, nosotros flexibilizamos la actividad en natatorios antes que Córdoba y Buenos Aires. Ante ello, su gente me mandó un mensaje para ver de entrenar en Tucumán, pero no se dio porque no pudo entrar a la provincia dado que todo volvió a cerrarse.

Me sentí contento por su llegada a los Juegos, pero no esperaba los resultados que tuvo. De todos modos, ya clasificar es una proeza, en una actividad que, como lo es el atletismo, representa una de las madres del deporte