En cuanto a las preguntas que hace el señor Eduardo Nieto en su carta “Monumento a la amistad”, del 18/07 (en referencia a mi carta del 15/07), trataré de responder a su pedido, y digo: en el Archivo Histórico de Tucumán está documentado que en el año 1864, por orden del presidente Mitre, en nueve cajones fue mandado a Buenos Aires el archivo de Belgrano, por eso de lo ya impreso, sobre la orden del día del Ejército Auxiliar del Perú. En el año 1818, en lo que va de abril y mayo, se saca que el 24 de mayo, desde el norte de la pirámide se hicieron salvas, y el 25 en la Plaza Mayor, por la mañana hubo formación del ejército y Tedeum, y a la una el almuerzo campestre en el centro de La Ciudadela (el centro de La Ciudadela quedaba aproximadamente en el actual cruce de las calles La Rioja y Rondeau) y a la oración, música al pie de la pirámide.

Estas son las primeras referencias sobre la pirámide en dichas órdenes del día. El General Paz en sus memorias nos dice: las victorias de Chacabuco y Maipú, compensando en cierto modo nuestros desastres anteriores, nos abrieron una nueva fuente de recursos; la última de estas victorias, después de la impresión que había producido en los ánimos el desastre de Cancha Rayada, fue celebrada en Tucumán con locura. El general Belgrano hizo levantar un monumento para perpetuar su memoria, el que se conservaba hasta hace algunos años. En la epistemología de Belgrano hay una carta a Guido sobre la pirámide en honor al héroe pero no la tengo a mano. En “La historia de Güemes“, de Atilio Cornejo, se leen cartas de Belgrano a Güemes donde se hace referencias a Maipú, en fecha 26 de abril, 18 de mayo y 26 de mayo de 1218. Y en esta última dice: mi compañero y amigo: espero que usted haya celebrado el día grande de la Nación a su gusto. Aquí todo se ha hecho militarmente y con todo el decoro correspondiente, frugalmente, conforme nuestra pobreza. Del Archivo Histórico de Tucumán se transcribe el comprobante Nro 187-He recibido de D. Guillermo Ormachea una y media libra de clavos, la que ajustada al precio de siete reales por libra importan 10 y medio reales, los cuales se consumieron en la pirámide. Tucumán, mayo 12 de 1818-José Gabriel Pérez-visto bueno-Ramírez-Tucumán, mayo 12 de 1818-páguese por caja principal sin perjuicio de la orden del gobierno-Terán.

En cuanto al grito de San Martín en lo más recio del combate, invocando la Virgen del Carmen, tuvo por testigo al jefe de granaderos José Matías Zapiola, “quien lo contaba a todos“, vivamente emocionado. La fuente es la obra “La presencia de María en la vida del general San Martín”, de Cayetano Bruno S. D. B. Y aquí debo rectificarme por escribir de memoria: la referencia sobre el anhelo del altoperuano (boliviano) Juan Elías proviene de Sección Administrativa-Borradores de Oficios Varios de Gobierno y Hacienda-volumen Nro 3, años 1856-1858 y es de fecha Tucumán octubre 13 de 1857, en que ante el pedido de autorización para arbitrar recursos para hacer una plaza pública que se llamará “General Belgrano” y cuyo centro será la pirámide, el gobernador Agustín J. De la Vega se lo concede. En cuanto al ofrecimiento que hace don Emilio Salvigni (amigo de Juan Elías) para que a su costa se repare la pirámide y se le coloque una reja, y en el cual hace mención a Chacabuco, el original de este documento no se encuentra en el Archivo Histórico y es de junio 13 de 1858. La fuente es el periódico “El Eco del Norte“ que en fecha 17 de junio lo transcribió. Esta transcripción me lleva a pensar que cuando Belgrano hizo la pirámide después de Maipú en 1818, en conmemoración al triunfo de su amigo San Martín, quizás también puede haberse referido a los triunfos de su amigo es decir, también incluyó a Chacabuco, pero esto es sólo una suposición mía, nada más.

Y habrá que decir que los chilenos levantaron el Templo Conmemorativo en Maipú y cuando este sufrió dos terremotos, respetando y conservando sus ruinas, hicieron otro más hermoso. Ahora veamos qué hicieron en Tucumán: en el año 1855, previa ley de la Legislatura, el Gobierno loteó y remató buena parte de la cuadra cuadrada (manzana) del convento de la Virgen Generala, y no conforme con esto, meses después remataron a bajo precio lo que quedaba del Campo de la Victoria y La Ciudadela de San Martín. En estas horribles circunstancias, la pirámide se salvó de ser rematada por estar en la calle. Aquí en Tucumán también fue deseo de Belgrano que en el Campo de la Victoria del año 12 se hiciese un templo conmemorativo en gratitud y reconocimiento a Nuestra Señora de la Merced; pero aquí hicieron al revés que los chilenos y así fue que en horas aciagas el antiguo templo de Nuestra Señora de la Merced sufrió profanación, ocupación y destrucción y fue suplantado por un edificio que hasta hace pocos años lo ocupó la Honorable Legislatura, y que al irse a su nuevo local, en vez de devolver ese sagrado solar a su antigua propietaria, la Virgen Generala, los legisladores, por votación que debe estar en LA GACETA y el Boletín Oficial, traspasaron la ocupación del sagrado solar y el edificio a la Universidad Nacional de Tucumán. Hay tres lugares históricos de esta ciudad que nunca son centro de alguna conmemoración, por lo que ellos significan y representan en la gesta de la emancipación de americana: el antiguo templo y convento de la Virgen Generala, el atrincheramiento Ciudadela de San Martín y la Pirámide. En el libro “Historia de Tucumán”, de Carlos Páez de la torre (h) hay una fotografía de Paganelli donde se ve la pirámide cuando aún no la habían cubierto de mármoles, galana y hermosa cual ninguna. Y ese libro es la herencia que don Carlos Páez De La Torre (h) dejó a Tucumán.

Juan Carlos Rosario Medina


Lucas A. Córdoba 285
 - San Miguel de Tucumán