En este último año, los remedios han aumentado en porcentajes difíciles de justificar. Si existe un ente de contralor, este indudablemente no tiene el mínimo de cuidado al conceder inmensos valores que se reflejan en remedios corrientes. El hambre mata, también los remedios, imposibles de comprar; existe una masa de argentinos que deben elegir entre comprar algo para no morirse de hambre o remedios que necesitan; existen enfermos que no pueden prescindir de remedios que por sus costos son imposibles de adquirir. Entonces, a los pobres acosados por distintas enfermedades se los condena, de una u otra manera, con sentencias de los laboratorios que actúan desconsideradamente, con la complicidad de quienes deberían ponerles límites. El hambre mata y también la falta de fármacos. Debo reconocer que el PAMI ayuda más de lo que puede, como también hay que decir que muchos centros, si se trata de los afiliados del PAMI, no nos atienden, como los centros que practican diagnósticos por imágenes.

Héctor Leonardo Bravo

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