José Leonardo Svetliza y su novia, Yésica Lizárraga, salieron en bicicleta el pasado domingo desde Tafí del Valle. La idea era hacer travesía por la senda hasta Monteros, dónde serían recogidos. Todo estaba organizado: habían corroborado el clima, llevaban comida para hasta tres días, abrigo, equipo de luces, botiquín y dos mudas de ropa y zapatos. Pero como dice aquel viejo refrán, si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.

“A la siesta, estábamos cruzando un río y, de repente, pasó una neblina. No se veía absolutamente nada. Intentamos seguir la senda, pero hacíamos un tramo corto, veíamos que no era por ahí, retrocedíamos y volvíamos a intentarlo. Luego resolvimos regresar un poco hasta un lugar más cómodo. Juntamos leña, hicimos fuego y decidimos pasar la noche ahí”, cuenta Svetliza a LA GACETA, luego de lo sucedido.

Y así pasó la primera noche. El lunes por la madrugada intentaron nuevamente seguir camino pero, con los rayos del sol, empezó otra vez la niebla. “Nos costaba mucho encontrar la senda. Nos acordamos que habíamos visto un puesto unos kilómetros antes y decidimos regresar, con la idea ya de levantarnos al día siguiente y seguir hacia el Mollar, no intentar bajar”

José admite que en ningún momento se pusieron nerviosos frente a la situación. “Lo primero que hicimos cuando todavía era de día fue buscar un lugar y juntar leña. Cuando vimos que teníamos eso nos tranquilizamos. Nosotros siempre salimos, somos de hacer camping -agrega-; en esa situación pensamos: ‘tenemos fuego y comida. Mañana vemos como lo resolvemos’. Eso sí, sí nos tocaba quedarnos otra noche más, la íbamos a pasar mal”.

Pese a todos los recaudos, a cualquiera le puede pasar. “Las condiciones del cerro son variables, no sé si podés ir precavido para todas las situaciones”, reflexiona.

Reflexión

El biker cuenta que se asombraron con la solidaridad de todos. “Primero lo vimos exagerado, pensé que no hacía falta tanta difusión, pero ahora lo pienso en frío y digo: ‘está bueno que sea así. Uno no sabe qué le pasó al que se perdió en la montaña, si se cayó y se rompió algo...”, comenta.

“Cuando llegaron los rescatistas, no esperábamos que nos busque nadie, ni que se arme todo este revuelo. Nos cayó la ficha cuando apareció toda esa gente y lo vimos en las redes -añade-; tenemos un gran agradecimiento por la gente que nos ha buscado y los muchachos de la comisaría de El Mollar, que se portaron excelente con nosotros, e incluso nos contaban que hay un montón de refugios en el camino, pero en ese momento no los ves”.

A pesar de la situación, el hombre se alegra de cómo se movilizaron para encontrarlos. “Se movió muy bien el sistema. Realmente, a otra persona le podría salvar la vida”, finaliza.