En poco más de un mes, habrá que hacer un balance acerca de este primer semestre que transcurre. La campaña de vacunación contra la Covid-19 no se desenvuelve de acuerdo con lo proyectado oficialmente a fines de 2020. La segunda ola del coronavirus encontró a la Argentina con un estrés en sus recursos humanos y con una cuerva de contagios en ascenso, que obligó a las autoridades sanitarias a solicitar al poder político que tomen medidas para evitar la circulación de personas y, por ende, del virus. La economía, a su vez, se desenvuelve entre el rebote y la nueva incertidumbre que se abre por los efectos del confinamiento. Ahora, la gestión del presidente Alberto Fernández intenta acelerar la llegada de más vacunas, de tal manera de entrar al invierno con la mayor cantidad de la población inmunizada, en un proceso que tienda a reducir los contagios y las muertes a causa de la Covid-19.

Respecto de la cuestión económica, pero específicamente lo referido a evolución de precios de los bienes y servicios que consumen las familias, también se esperaban otros resultados. La inflación acumulada de los primeros cuatro meses del año ya se ubica en el 17,6% estimando una inflación anual más cerca del 50% que del 29% proyectada por el Ministerio de Economía a principio del ciclo económico. Según el director del Centro de Producción Documental de GEO Estudio y Opinión, José Lezama, este resultado, tremendamente negativo, genera una muy fuerte presión sobre las discusiones salariales, volviéndolas mucho más complejas. En este sentido, el recálculo de todas las estimaciones realizadas se torna fundamental puesto que hacen a las proyecciones de crecimiento más conservadoras y caracterizan una estabilidad cambiaria tal vez más volátil. Pero por sobre todo, como ya hemos mencionado en reportes anteriores, cada punto de inflación por encima de lo estimado repercute fuertemente en los índices de pobreza y en las medidas económicas que se toman para combatirla.

"Sin lugar a dudas -admite el economista-, se vienen meses difíciles en materia económica, pero es la cuestión sanitaria, la que realmente define el accionar y tipo de intervención de las políticas públicas. Al ya mencionado récord de ocupación de camas UTI (alcanzando en varias jurisdicciones el 80%), es muy preocupante el récord de fallecimiento por Coronavirus (con promedio semanal de 500 muertes por día) y contagios en valores altos por encima de los 27.000 casos diarios promedio". De allí el endurecimiento de las medidas de distanciamiento y aislamiento. "Por ello, el esfuerzo del gobierno se deberá enfocar en la cuestión sanitaria buscando que la campaña de vacunación resulte más eficiente y efectiva. Son pocos los países que lo están logrando, siendo éstos en su mayoría países fuertemente industrializados", considera.

Definitivamente todo lo mencionado hasta ahora debe ser contextualizado, advierte Lezama. "Es importante analizar y resaltar que nuestro país se encuentra en un virtual estancamiento económico desde hace aproximadamente una década, es decir, esto atraviesa varios signos políticos de gestión de gobierno y consecuentemente, distintos pensamientos económicos", apunta. La caída del 9,9% del Producto Bruto Interno (PBI) de 2020 solo se asemeja con la crisis de fines 2001 (2002, para ser más precisos), con lo cual, esta brusca caída de la actividad económica no se explica tan solo por motivos internos (principalmente), expresa. "La crisis internacional que está viviendo el mundo en materia económica, cultural, sanitaria y educativa no se veía desde hace varias décadas. Todo ello impacta sobremanera a un país como el nuestro que se acomoda en el escenario mundial desde una clara posición de desventaja: nuestro destino de corto, mediano y largo plazo se define por la capacidad de negociación del gobierno de obtener mejores acuerdos de pago con sus acreedores, principalmente el FMI y el Club de París", puntualiza el director de GEO. En estos próximos días, la Argentina debe llegar a un entendimiento con el Club de París, particularmente, con el fin de evitar caer en un default en el pago de la deuda de U$S 2.400 millones que vencerá a fines de este mes. Lo más probable es que se solicite, formalmente, ese diferimiento de vencimientos con el fin de que la nota del país ante los mercados no siga cayendo. El mes que viene se prevé la llegada de una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), un encuentro clave no sólo para el nuevo acuerdo por la deuda de U$S 44.000 millones con ese organismo, sino también para darle una señal al resto de los acreedores, como los europeos.

Bajo la proclama "Primero La Salud y La Vida, Después La Deuda", referentes cercanos a la Casa Rosada  impulsan la suspensión de los pagos por capital e intereses de la deuda que Mauricio Macri contrajo con el FMI, y de las acreencias con el Club de París, mientras se extienda la emergencia sanitaria. Advierten que la Argentina se encuentra en un estado de necesidad y, por esa razón, el dinero correspondiente a los Derechos Especiales de Giro (DEG) debe ser utilizado para enfrentar la pandemia y no para pagar deuda, en sintonía con el proyecto del Frente de Todos en el Senado.

Independientemente de los compromisos financieros, económicos y políticos de la gestión, Lezama señala que la Argentina necesita imperiosamente establecer bases sólidas para el equilibrio entre salud, educación y economía. "Y es un equilibrio que día a día debemos buscar todos como sociedad para poder pensar en la Argentina que queremos", finaliza.