La directora ejecutiva Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, pidió hoy que los laboratorios que desarrollaron la vacuna contra la Covid-19 liberen las patentes ya que "es un bien público global, una cuestión de vida o muerte".

En una nota de opinión, Belski destacó como un "hito histórico" que en menos de un año de declarada la pandemia se desarrollaron distintas vacunas altamente efectivas para combatir al virus.

"Sin embargo, las empresas farmacéuticas tienen serios problemas para abastecer la demanda global. Para garantizar el derecho humano a la salud, la solución evidente es la producción de más vacunas: las compañías deben compartir su conocimiento, datos y tecnología sin patentes", sostuvo.

Y advirtió que "esta iniciativa es resistida por las corporaciones y los estados más ricos".

En ese sentido, la directora de Amnistía Internacional Argentina aseveró que "el drama de la escasez de vacunas significa que las personas con más riesgo de morir a causa del virus están expuestas y los trabajadores de salud, que se ubican en primera línea de combate, se encuentran indefensos".

"Mientras tanto, los países ricos están apuntando a la inmunidad colectiva de sus poblaciones, que incluye vacunar a las personas que no corren riesgo en verano, la estación donde la transmisión es menor. Esta obscena situación de inequidad pone en peligro al mundo entero", argumentó.

Belski recordó que infectólogos en el mundo sostienen que las demoras le otorgan tiempo al virus para mutar en nuevas variantes que podrían reducir o eliminar la efectividad de las dosis ya aplicadas.

"Estamos en una carrera en la que solo podemos salvarnos si trabajamos colectivamente. Ningún país puede protegerse solo", aseguró.

La directora de Amnistía destacó la propuesta de exención de ciertas disposiciones del Acuerdo sobre los ADPIC encabezada por India y Sudáfrica ante la Organización Mundial del Comercio.

"Esta acción liberaría temporalmente las protecciones de patentes y propiedad Intelectual que actualmente crean obstáculos para que otros fabricantes produzcan vacunas contra la Covid-19", aseguró.

Remarcó además que "las empresas farmacéuticas recibieron una enorme cantidad de dinero público para desarrollar sus investigaciones".

"Hay que abandonar el nacionalismo de las vacunas -afirmó en otro pasaje-. Llevar este insumo médico clave a todas las personas en el mundo requerirá un enfoque basado en la solidaridad en lugar de la competencia, con gobiernos y empresas trabajando juntos para robustecer la oferta mundial en lugar de batallar por las dosis disponibles".

"Es tiempo de liderazgos positivos y cooperación internacional entre países, la misma que mostraron nuestros científicos. La vacuna contra el COVID-19 es un bien público global. Es una cuestión de vida o muerte", concluyó Belski.