Elige tu propia aventura

1997. Tailandia devaluaba su moneda y desencadenada la Crisis de los Tigres Asiáticos. Corrida Bancaria. Crisis de moneda. Crisis de deuda.

En los principales medios de comunicación se escuchaba a importantes economistas analizando el fenómeno. Mientras miraba las noticias, una joven futura egresada de la secundaria, se preguntaba, “¿y si estudio Economía?...pero ¿qué es la Economía?”

La respuesta la encontró en una Enciclopedia gorda y verde: “Economía es la Ciencia social que tiene por objeto de estudio la producción, distribución y asignación de recursos escasos ante fines alternativos”.

Economía, la Ciencia de la escasez

Necesidades ilimitadas. Recursos limitados. La economía podría definirse entonces como la Ciencia de la Escasez.

El principio de la escasez rige los mercados. Los mercados son la sumatoria de millones de agentes que toman decisiones económicas. Esas decisiones económicas, enmarcadas en un principio de escasez, son una forma de comunicar valor.

Sin ese principio, probablemente la Economía no existiría como ciencia. Los mercados, no regularían la interacción entre oferta y demanda. Los economistas no hablaríamos de forma tan inentendible. Y probablemente la vida sería más simple pero también, más aburrida.

Nuevos Paradigmas

Reunión de Directorio. Gente importante. Trajes, corbatas y stilettos en un ambiente señorial. “Tilín” suena una campanita mientras aparece una burbuja verde en un celular. Quien lo recibe piensa que podría ser algo vital que cambie el curso de la historia. Toma el teléfono, abre la aplicación y en medio del debate no puede evitar estallar de la risa. Ha recibido un meme.

Fútbol. Política. Estereotipos de belleza o simplemente temas de actualidad. Las temáticas pueden ser de las más variadas. Los memes con el tilde “reenviado muchas veces“  llenan a diario las memorias de nuestros teléfonos.

¿Y si el mundo está cambiando? ¿Si la creatividad y originalidad de esta nueva forma de comunicar talento se monetizara?

Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?

Hasta el surgimiento del Bitcoin, basado en la tecnología Blockchain, los activos del mundo digital podrían replicarse a un costo prácticamente de cero. Hoy sin embargo, pueden protegerse digitalmente. A través de una base de datos de acceso público pero inalterable, es posible verificar la autenticidad del contenido. Los NFTs o Tokens no fungibles, son certificados digitales que representan activos únicos. El ser único lo convierte en escaso y por ende, coleccionable.

De la misma forma que un cedear de Apple es equivalente a un décimo de su acción que opera en el exterior, la tokenización permite el fraccionamiento de objetos de gran valor que pueden intercambiarse a través de un mercado online o plataforma.

Memes. Tweets. Gifs. Artículos periodísticos o incluso activos del mundo real. Tokenizar “Una noche estrellada”, los “Lirios” o “Campos de trigo” de van Gogh para luego comercializarlos bajo el formato NFT (token no fungible).

Por qué no. El límite está en la imaginación.

¿Quién quiere ser cripto-millonario?

Esta semana se conoció la venta de una foto (o meme) de una niña que en 2005 se encontraba sonriendo maléficamente frente a un edificio en llamas. La tokenización de su fotografía permitió a esta joven de hoy 21 años, no sólo vender esa imagen por medio millón de dólares, sino cobrar el 10% de las ventas futuras.

Utilizando este mecanismo de tokenización, Sotheby’s, una de las casas de subastas más reconocidas a nivel mundial, vendió “Un pixel“ por la suma de U$S 1.36 millones. El NFT o token no fungible, formó parte de una colección de obras digitales que recaudaron un total de U$S 17 millones.

Si consideramos que después de todo el arte no es más que una forma de expresar un sentimiento o aspecto de la realidad, un pixel o un meme podrían ser considerados criptoarte. Pero, ¿qué le da valor a ese arte?

Precio es lo que pagas. Valor es lo que obtienes

La revolución introducida por las criptomonedas y la innovación que se genera en torno a ellas, pone en tela de juicio la concepción de valor. ¿Qué le otorga valor económico a las cosas?

El principio de la escasez responde parte de la pregunta. Si un activo fuera fácilmente asequible, rápidamente perdería su valor económico. Una demanda superior a la oferta vuelve a un bien escaso.

Sin embargo valor no siempre es igual a precio. “Precio es lo que pagas. Valor es lo que obtienes” reza uno de los mantras del gurú de las finanzas, Warren Buffet. En períodos reflacionarios como el que vivimos, los riesgos de burbujas, es decir subas exageradas de precios más allá del valor económico, están a la orden del día.

Si un pixel vendido como obra de arte está bien valuado a U$S 1,36 millones o es parte de una burbuja, difícilmente pueda ser hoy corroborado. Solo se demuestra la existencia de burbujas cuando explotan. En ese  entonces existe una fuerte corrección de la exagerada suba de precios previa.

En este nuevo mundo que se está reconfigurando, quizás deberíamos reprogramar el uso de nuestro tiempo. Podríamos abandonar la digresión precio-valor y reflexionar sobre qué activo podríamos tokenizar y comercializar a través de un NFT. Y quizás así tengamos la chance de integrar el selecto club de los nuevos cripto-millonarios.