¡Qué alentador leer en la columna “Cadena de Favores”, de Federico Türpe! Ya que los nuevos "monarcas" nada hacen por el pueblo, bueno es empezar a pensar que podemos darnos una mano, o más, entre nosotros. En estos momentos difíciles en que importa más una elección que la pandemia, las vacunas, los testeos, vivimos en el mundo del revés de María Elena Walsh. De nuevo la dicotomía vida o economía, cuando la respuesta válida quizás sea: las dos cosas. Opinan por aquí... opinan por allá... y lo cierto es que, más o menos calificadas, son opiniones. Además, y en casi todos los casos, politizadas. Por eso el "seamos mejores personas" del periodista es una luz al final del oscuro túnel. 

Si quienes dicen "cuidarnos" nos descuidan, en lugar de polemizar entre nosotros sin llegar nunca a un acuerdo si es odio a la vicepresidenta, como expresa José Emilio Gómez en su carta del 10/04, u odio a "Macri, basura, vos sos la dictadura", tendríamos que ejercitar más que nunca el amor al prójimo, algo tan pregonado, pero tan poco practicado. Y que puede realmente aliviarnos. Compartir, servir, dar, alegrar, consolar... y podría seguir con más acciones. Aunque cada uno crea que hoy no tiene, basta que se dé vuelta y mire las carencias de los otros para entender lo afortunado que es. Tanta ropa... ¿para qué? Otros no tienen nada... o lo tienen rotoso. Tanta comida y bebida a veces arrojadas a la basura... ¿no sería adecuado en estos momentos convidar? Mi cortadora de césped... ¿no puede ayudar al del lado, que no la tiene ni puede pagar para también tener su césped pulcro? 

El foco que me sobra, o no… ("Caridad no es dar lo que me sobra, sino lo que también me hace falta"), la bici tirada en el fondo sin que nadie la use, pero guardada por si acaso, herrumbrándose mientras podría ser aprovechada por otro. El coche del bebé que salió tan caro y que es mejor guardar aun cuando el bebé en cuestión ya está comenzando la escuela. Y tantos otros ejemplos. 

Felicito al periodista que con su artículo me hace sentir que otro país, otra provincia, otra ciudad son posibles si dejamos de esperar de los gobernantes. Pintemos nuestros frentes, ayudemos al vecino, plantemos árboles, hagamos huertas... dibujemos la sonrisa en el rostro triste del que, de verdad, la está pasando mal. Concretemos esta "cadena de favores".

María Estela López Chehín

24 de Septiembre 1.431

Concepción