La segunda audiencia del juicio por el crimen de Giselle Barrionuevo Núñez aportó cuatro elementos reveladores. El móvil del crimen sería por una cuestión de drogas. Se complicó la situación procesal de Luis Cristian “Pony” Danum, y también la de la otra imputada, Teresita “Tere” Raso; cuando parecía que quedaría despegada del caso, un informe de un forense podría jugar en su contra. Los familiares del sospechoso se comunicaron en los últimos días con varios de los testigos para que no lo complicaran. Y quedó al descubierto cómo el consumo de cocaína está instalado en Monteros, la ciudad donde viven todos los protagonistas del caso. (Ver aparte)

La muerte de Giselle Barrionuevo Núñez: contacto narco en Monteros

La audiencia se abrió con el testimonio de Luis Barrionuevo Núñez, hermano de la víctima. Con lujo de detalles, el joven contó el infierno que vivía la adolescente por culpa de su adicción. “Se perdía una semana, generando preocupación de nuestra madre. Andaba de un lado a otro. Sabíamos que si no estaba en la casa de (Américo) ‘Lulo’ Sánchez, se encontraba en lo de ‘Pony’”, dijo el joven, que conocía todos sus movimientos porque él también consumía.

Los últimos pasos de la joven fueron corroborados por los testigos María Pía Vallejos, Luis y “Lulo” Sánchez y Hugo Daniel “Ranita” Juárez. Giselle abandonó su casa el viernes 4 de marzo para andar en bicicleta. De allí se fue hasta la casa de “Lulo”, donde se encontró con Gaspar Aldonate y consumieron drogas. El sábado a la noche, con Aldonate, se dirigieron hasta la casa de “Pony” para, supuestamente, comprar drogas. Giselle no entró por los problemas que tenía con “Tere”, se quedó en la esquina.

Nadie pudo precisar qué pasó con ella, en qué momento y con quién se fue. Sí confirmaron que Danum llegó a la madrugada del domingo 6 de marzo transpirado y sucio. Esa misma versión dio Raso cuando declaró. El cuerpo de la joven fue hallado en un paraje de El Rincón por el lugareño José Luis Padilla ese mismo día, pero no informó nada y el cadáver permaneció allí dos días más hasta que otro habitante de la zona lo ubicó.

“No dije nada porque no quería problemas”, indicó el testigo. Wendy Kassar, presidenta del tribunal integrado por Emilio Páez de la Torre y María Fernanda Bähler, antes de que se retirara de la sala le dijo con tono firme: “espero que nunca más vuelva a toparse con un cuerpo, pero si lo hace, levante un teléfono y avise a la Policía. Piense que puede haber alguien buscando a esa persona”.

El móvil

“Al día siguiente del crimen, me encontré con una amiga que me contó algo. Me dijo que un tal ‘Ñoñito’ le había comentado que ‘Pony’ había matado a mi hermana porque ella le había robado dinero o droga”, explicó Barrionuevo Núñez sin poder identificar a esa persona.

Cuando parecía que esa versión quedaría en sólo eso, “Ranita” Juárez apoyó sus dichos. “Carlitos Fernández, que vendía droga para ‘Pony’, me contó que se había mandado una cagada. Me dijo que primero le pegó una piña en la cara y después le puso la mano en el cuello hasta matarla”, explicó. El testigo agregó: “después nos pidió a mí y a Carlitos que limpiáramos todo y escondiéramos la droga para que no tuviera problemas”.

Fernández, que tendría algún parentesco con el imputado, se encuentra fuera de la provincia y es muy probable que no se presente en el juicio.

Dudas

Las declaraciones de los testigos, en principio, despegaban a Raso del homicidio porque confirmaban que no había tenido contacto con la víctima el día de su muerte, pero el informe del médico forense Raúl Afour terminó complicándola. El profesional confirmó que Giselle recibió un golpe (presumiblemente de puño) en la boca que le produjo la quebradura de un diente y que murió ahorcada manualmente. “Le habrían apretado el cuello con una sola mano, ya que con la otra, por las lesiones que presentaba la víctima en sus brazos, la habrían sujetado. Hicimos un estudio para determinar qué mano era la más hábil de los dos acusados. Y establecimos que Raso utilizaba la izquierda”, agregó.

El profesional también declaró que él creía que el cuerpo de la víctima, por las marcas que tenía en sus pies, habría sido arrastrado por dos personas. “Estamos hablando en potencial, no con una certeza”, explicó. El martes, después de escuchar los testimonios, serán los alegatos y después se conocerá el fallo.

Así se derrumbó la coartada de “Pony”

El acusado dijo que la noche del crimen estuvo con su hija enferma. La ex mujer dijo que no lo vio, pero que su hija de 4 años le contó que le llevó chocolates.

“Pony” contó que la noche del crimen fue a un hotel con una joven. Esa chica, que tenía problemas de adicción, dijo que fue así, pero en otro horario.

“Lulo” Sánchez sostuvo que Danum mantenía una relación con Giselle mientras estaba en pareja con Raso. Él declaró que sólo eran amigos.

El imputado negó haberse dedicado a la venta de drogas, pero varios testigos indicaron cómo era el negocio ilícito que manejaba en Monteros.

Danum indicó que no era una persona violenta. Testigos no sólo dijeron haber visto cómo golpeaba a sus parejas, sino que se aprovechaba de chicas adictas.

“Pony” intentó responsabilizar del crimen a Gaspar Aldonate, pero en las audiencias quedó probado que el joven intentó salvar a su amiga.