Durante la primera quincena de marzo prácticamente se duplicó la curva de contagios en Tucumán respecto de las cifras que se venían registrando hasta febrero.

La pandemia de coronavirus ya se cobró más de 1.500 vidas en la provincia. Mientras que el total de contagios hasta ahora asciende a 80.000.

Pese a que desde el Gobierno varias voces expresaron su preocupación por el repentino aumento de casos, aún no se prevé una vuelta a fase uno o algún incremento en las restricciones de circulación o de actividades, según anunciaron las autoridades.

“Hemos superado los 200 casos (diarios) luego de varias semanas”, advirtió la semana pasada el secretario ejecutivo médico del Siprosa, Luis Medina Ruiz. Este fin de semana ya superamos los 300 casos diarios y la cifra sigue aumentando.

El funcionario también había advertido sobre el “aumento de positividad en los pacientes sintomáticos evaluados con el test de antígeno en más del 20%. También observamos aumentos tanto en las consultas como en las internaciones”, había destacado.

En el mundo todo está volviendo a situaciones que ya se creían superadas. Países centrales que creían haber sorteado la peor parte de la pandemia están volviendo a las instancias iniciales de restricción frente al rebrote de contagios.

Vemos con preocupación el nivel de relajamiento que se observa entre la población tucumana.

En la calle se ve cada vez más gente que no utiliza barbijo o que no lo hace del modo correcto, como en muchos casos tampoco se respeta el distanciamiento social mínimo.

Las reuniones y las fiestas casi han vuelto a su normalidad, o más aún, por el efecto rebote que provocó el encierro prolongado pareciera que ahora tienen más ímpetu y más concurrencia.

El Gobierno también debería dar el ejemplo, no sólo a través de sus campañas publicitarias, sino apareciendo en fotos y videos institucionales o de difusión de actos oficiales respetando los protocolos, tanto de distanciamiento como del correcto uso del barbijo. Algo que no siempre está ocurriendo, según se observa en publicaciones tanto en medios de comunicación como en las redes sociales.

Hoy más que nunca, ante el inicio del otoño y de los fríos húmedos del subtrópico, Tucumán debe extremar sus medidas profilácticas. Se le suma además al cambio de estación otro factor de riesgo que es el reciente comienzo de las clases, donde miles de niños han regresado a las aulas.

Es una provincia a la que no le sobran recursos. No podemos estresar más aún a un sistema de salud que en algunos casos viene funcionando al límite.

Es primordial, frente a las carencias y debilidades de nuestro Estado, concientizar a la población acerca de no relajarse en el cuidado, el uso del barbijo, la higiene de manos y el distanciamiento social.

El comportamiento de la sociedad es fundamental en la lucha contra la pandemia y en que el número de contagios no siga en aumento como viene ocurriendo durante este mes de marzo.

El Gobierno debería centrar sus energías y recursos en difundir con más insistencia modos y costumbres que a la postre nos benefician a todos.

Y nosotros también, como ciudadanos, debemos ejercer nuestro derecho a estar sanos y a cuidarnos, y exigirle a quienes no cumplen con las medidas obligatorias que lo hagan.

Porque la prepotencia no está en el que exige sus derechos, sino en quienes no respetan al prójimo.