El Vaticano informó este lunes que la Iglesia no bendecirá las uniones entre personas del mismo sexo y que, por lo tanto, no pueden "considerarse lícitas".

En virtud de este pronunciamiento, no es lícito que los sacerdotes bendigan a las parejas del mismo sexo que pidan algún tipo de reconocimiento religioso de su unión.

Según se comunicó, el Papa Francisco fue informado y "ha dado su asentimiento" a la publicación de la respuesta y de la nota explicativa que la acompaña y que lleva la firma del Prefecto, el cardenal Luis Ladaria, y por el Secretario, el arzobispo Giacomo Morandi.

La respuesta negativa a la bendición de la unión no implica de hecho un juicio sobre las personas individuales implicadas, que deben ser acogidas "con respeto, compasión y delicadeza" evitando "toda marca de discriminación injusta", como ya se afirma en los documentos magisteriales.

El principal argumento para la respuesta negativa se funda en el valor "sacramental" de las bendiciones en tanto acciones litúrgicas de la Iglesia que requieren que lo que se bendiga esté "objetivamente ordenado a recibir y expresar la gracia, en función de los designios de Dios inscritos en la Creación".

Las relaciones, incluso estables, que implican "una praxis sexual fuera del matrimonio" o sea, fuera de "la unión indisoluble de un hombre y una mujer", abierta a la transmisión de la vida, no responden a esos "designios de Dios", aunque haya "elementos positivos" en tales relaciones.

"Esta es una consideración que no solo afecta a las parejas homosexuales, sino a todas las uniones que implican el ejercicio de la sexualidad fuera del matrimonio", explica el artículo.
Otro motivo para la negativa es el riesgo de asimilar erróneamente la bendición de las uniones del mismo sexo al sacramento del matrimonio.

Por último, la Congregación para la Doctrina de la Fe precisa que la respuesta al "dubium" no excluye "que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios", mientras que declara ilícita "toda forma de bendición que tienda a reconocer sus uniones".