Dos ex estudiantes de actuación que habían demandado por abuso sexual al actor y realizador cinematográfico James Franco, ante un tribunal de Los Ángeles, retiraron sus cargos después de llegar a un acuerdo. Sin embargo, los detalles del arreglo extrajudicial no trascendieron.

El intérprete había sido acusado en 2019 por las aspirantes a actrices Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal de haber sido empujadas a representar escenas de sexo en una clase ofrecida en su escuela de actuación Studio 4.

Según el relato de las demandantes, Franco impulsaba a las jóvenes a representar orgías frente a cámara con la excusa de que serían recompensadas con papeles en sus futuras producciones.

En la denuncia se detallaba que tanto Franco como sus socios de Studio 4 “desarrollaron un comportamiento inapropiado y sexualmente cargado hacia las estudiantes sexualizando su poder de profesor a empleado incentivándoles con oportunidades de papeles en sus proyectos”, creando paulatinamente “un ambiente de acoso y explotación sexual tanto dentro como fuera de las clases”.

En un documento judicial anterior, los abogados de Franco elogiaron el movimiento #MeToo que ayudó a inspirar la demanda, aunque tacharon sus alegaciones de “falsas y sensacionalistas, sin base legal y presentadas como demanda colectiva con el objetivo evidente de acaparar toda la publicidad posible para unas demandantes que buscan atención”. Señalaron que Tither-Kaplan había expresado en el pasado su agradecimiento por la oportunidad de trabajar con Franco.

A las acusaciones contra Franco se sumaron a nivel mediático otras mujeres, aunque no presentaron denuncias judiciales hasta ahora.