Llevan a la tradición folclórica gauchesca bien adentro. Su propio nombre remite a labores del campo. Suben al escenario con la vestimenta clásica de la época de oro del género, en los años 60, con una formación sonora y un repertorio que remiten a ese momento fundamental, y muestran orgullo en recrearlo. Son Los Arrieros, que esta noche celebran -atrasados- los 35 años que andan transitando la música con una gala especial en el teatro San Martín (avenida Sarmiento 601), a las 20.30.

Fabio Dip es el fundador y eje del grupo que también integran Luis Acosta Valencia, Gerardo Cascales y Felipe Rojas. Los sueños de festejar el aniversario a todo lo alto a mediados de 2020, cuando correspondía, fueron demorados por la pandemia. Pero estuvieron latentes y ahora llegó el momento de concretarlos.

“Tiene una connotación muy especial la de volver a los shows en vivo, al calor y a la pasión que enciende la presencia de la gente. Está ausente en la moda del espectáculo por redes sociales y medios de comunicaciones modernos, donde se pierde la magia que infunden la adrenalina y las emociones compartidas”, le dice Dip a LA GACETA.

- ¿Qué temas eligen para su repetorio?

- Los que nos conmueven, sean de una línea u otra, y los cantamos solo por eso. No tenemos una única dirección temática. Conviven las composiciones paisajísticas de Polo Giménez, lo romántico de Jaime Dávalos y lo social de Atahualpa Yupanqui. Mantenemos una forma en respeto a la gente que nos sigue desde hace tantos años, por el estilo muy marcado que nos caracteriza. Los que van a escucharnos están sabiendo qué es lo que vamos a ofrecerles y hasta cómo vamos a vestirnos. No queremos desilucionarlos planteándoles un cambio radical.

- ¿Cuáles elementos los llevaron a definir su estilo clásico, sin cambios en tres décadas?

- Debo confesarte que al principio no nos salía otro modo de expresarnos. Cuando logramos armonizar de una forma que no era la clásica, no disfrutábamos en hacerlo y sentíamos que era un fraude, un producto que solo tenía por fin desengancharnos de lo que amabamos para no ser criticados de imitadores. Y al final elegimos ser honestos con nosotros mismos y con nuestro público.

- ¿Te preocupan las nuevas influencias que recibe el folclore?

- Para nada. Creo que los jóvenes buscan conjugar su propia creatividad con los valores establecidos y producen dentro del género con variadas corrientes entre la proyección y la fusión. Es bueno porque dan riendas sueltas a todo el talento y la genialidad que hay.

- Sos uno de los promotores de la presencia de folcloristas tucumanos independientes en Cosquín. ¿Cómo sentís la ausencia del festival? ¿Puede servir para revalorizarlo?

- En los últimos 15 años me puse al hombro la tarea de llevar los jóvenes folcloristas a conocer “la meca”, que es Cosquín. Les organicé conferencias de prensa, distribuí sus materiales, generé estados de convivencia y respaldos recíprocos e hice que interactuen con pares de todo el país. Sus canciones pasearon por peñas privadas, escenarios oficiales callejeros e inclusive con algunos llegamos al escenario mayor. Pero el festival debería cambiar y abrirse a la participación de los nuevos valores para no desaparecer.

- ¿A quiénes estas escuchando?

- Me gustan Nahuel Penissi y Abel Pintos; Manu Sija es un capo haciendo lo que sea y Darío Acosta Teich es otro genio con la guitarra. Pero soy cultor de muchos géneros. La música clásica (chopeniano a muerte), el jazz, el rock, el pop, escucho de todo. En estos tiempos me atrapó un cantante de Kazajstán, Dimash Qudaibergen. Valoro y gozo cuando se trabaja sobre fusiones hechas con gran creatividad, talento y buen gusto.

- ¿El Estado está conteniendo a los artistas en esta crisis?

- Fuimos los primeros en cesar en nuestro trabajo, y seremos los últimos en recuperar la normalidad. A nivel nacional, en la música no supo cómo llegar a los más vulnerables; la Provincia, con los pocos recursos disponibles, hizo mucho más como el Setiembre Musical, los especiales de fin de año con Canal 10 o el ciclo actual del Ente Cultural. Se está desarrollando un plan de apoyo a las peñas donde se va a colaborar con parte del pago a los artistas. Estoy conforme, aunque sé que nada alcanza porque la crisis es tremenda.

- ¿Te es difícil soportar la pandemia?

- Esta etapa de la humanidad es la mayor tragedia que jamás imaginé vivir. Como soy paciente de riesgo, cumplí con todas las normas de cuidado y lo sigo haciendo. Espero con ansias la vacuna para tener la vida de siempre, aunque nada me devolverá a los amigos que perdí.