Pocas profesiones han sufrido tanto el impacto laboral en la pandemia como la docencia. Las aulas cerradas y el trabajo virtual desde las casas han generado un cambio drástico que obliga a pensar que “Maestras eran las de antes”.

Este es el nombre de la obra teatral estrenada hace dos años con la codirección de Fabrizio Origlio (autor además del texto) y Carolina Papaleo, que volverá a escena esta noche a las 20.30 en la sala Orestes Caviglia (San Martin 251), con las actuaciones de Jackie Anastasio Salas, Gabriela Aguirre y Anastasia Barbo. Para denotar la nueva era, aparte de retocar escenas, se agrega un subtítulo: “Las de ahora trabajan por Zoom”.

“Todas las escenas fueron modificadas en distinta medida; la esencia de la educación siempre es la misma, lo que cambia es el medio de compartirla”, precisa Anastacio Salas a LA GACETA.

- ¿Quiénes son las maestras que retratan?

- Son los estereotipos de las y los docentes que se van cruzando en nuestra historia escolar. Algunas quedan en la memoria guardando hermosos y añorados recuerdos y otras, no tan hermosos. Hacemos un recorrido por maestras con experiencia: otras que recién empiezan su carrera; las que les gusta trabajar y las que ya están cansadas de la burocracia. Todas maestras reales, humanas, conscientes de sus limitaciones y de los obstáculos que impone el mismo sistema.

- ¿Qué cambió respecto de la versión original?

- Fabrizio incluyó situaciones que vivimos durante la cuarentena y la nueva experiencia con la virtualidad, el acercamiento a la tecnología y a las plataformas educativas que ganaron protagonismo en la pandemia. Muchas maestras se encontraron desprovistas de conocimiento y de herramientas tecnológicas y tuvieron que enfrentar el desafío de mantener conectados a los chicos y chicas en una virtualidad que no es la que manejaban, ya que era un espacio de ocio.

- ¿Qué maestra te marcó en tu vida y por qué?

- Hubo varias, a una la nombro en la obra, la Seño Mabel de lengua. Era maravillosa. Después la seño Ruth de sexto grado y mis maestras de jardín, Silvia y Elenita, todas me dejaron hermosos recuerdos y grandes enseñanzas. Otras me marcaron menos gratamente, pero de ellas aprendí lo que no hay que hacer cuando uno está involucrado en los procesos de enseñanza-aprendizaje de los niños, niñas y jóvenes.

- ¿La virtualidad en la enseñanza llegó para quedarse?

- Creo que sí, aunque no es mi deseo. Nada reemplaza el encuentro, la experiencia de la construcción del conocimiento cara a cara. Poner el cuerpo en los procesos donde se comparte el aprendizaje es una vivencia única e irrepetible. De todas maneras, lo que no podemos negar es que la virtualidad nos permitió (o nos obligó) a cercarnos a un mundo del que no todos teníamos conocimiento, agudizó nuestra creatividad y debimos echar mano a distintos recursos que quizás antes no usábamos.

- ¿Y la virtualidad en el teatro?

- Se está transformando, cuestionando, estamos explorando y resignificando muchas cosas. Estamos aprendiendo y desaprendiendo. El teatro, al igual que la cotidianidad que conocíamos, se modificó y estamos aprendiendo a manejarnos de nuevo con protocolos, distanciamiento y mucho alcohol en gel.

- ¿Volvieron a trabajar con los directores para esta reposición?

- Si, con mucha presencia de ambos. La virtualidad acorta caminos y en este caso nos funcionó muy bien. Fabrizio, que es el autor y el director general, acompañó, guió y sugirió muchas de las modificaciones a la obra. También contamos con la mirada y el aporte de Caro desde su lugar de directora.

- ¿Cómo es volver a actuar frente a público, qué sienten?

- Estamos inmensamente felices!!!!! El año pasado estábamos por reponer cuando decretaron el aislamiento. Creímos que iba a ser algo pasajero, que en dos semanas volvíamos, pero luego las esperanzas se fueron extinguiendo. Estuvimos esperando el momento de volver a experimentar esas cosquillitas en la panza que sentís cuando pisas un escenario, cuando el calorcito de las luces te avisa que la función está por comenzar. Estamos ansiosas y con muchas ganas de volver a escuchar la risa y el aplauso del público.