Hay quienes sostienen que la felicidad no se traduce en acumular bienes materiales. Por este motivo, muchas personas, sobre todo las nuevas generaciones, se inclinan por el estilo minimalista en la arquitectura y decoración de sus hogares.

Este estilo se funda bajo el lema “Menos es más” del arquitecto germano-estadounidense Ludwig Mies Van der Rohe, a quien se considera propulsor de esta corriente. Se caracteriza por decorar los distintos espacios con el menor número de elementos útiles e indispensables y que, a su vez, otorguen elegancia y luminosidad, entre otras características.

Si esto es lo que estás buscando para tus ambientes, en esta nota el arquitecto tucumano Gabriel Wajnerman y los diseñadores de interiores Pamela Raya y Sebastián Orellana te cuentan un poco más sobre esta tendencia y brindan consejos a la hora de diseñar.

Estilo de vida

La decoración minimalista proviene de una filosofía de vida que marca un estilo bien definido por los especialistas del tema, quienes destacan que, sin dudas, influye positivamente en los que eligen esta opción.

“La decoración minimalista facilita el mantenimiento del orden y del espacio, en lo práctico y cómodo de contar con pocos elementos, y que sean sólo algunas obras las que se destaquen”, señala Raya.

DECORACIÓN. Poner valor en diferentes textiles, texturas y alfombras.

“Esta filosofía se amplió también a aspectos de la vida de las personas cómo ser a la cantidad de ropa, vajilla, y elementos personales, lo cual continúa haciendo más fácil el mantenimiento del estilo”, añade.

Por su parte, el arquitecto Wajnerman destaca la calma que la atmósfera puede transmitir, influyendo positivamente en la vida de las personas ya que permite sentirse liviano, sin peso.

Respecto al diseño de interiores y a la arquitectura en general, el diseñador Orellana afirma que siempre va a influir en el estilo de vida de las personas. En el caso del minimalismo, lo hará desde lo sensorial y perceptual brindando una sensación de sofisticación, sobriedad y orden.

Cambio de paradigma

“Noto que hay una buena parte de la sociedad, tomando consciencia del buen vivir, y del valor y beneficios que un lugar cálido, calmo y ordenado puede provocar”, afirma Wajnerman.

COLORES. Elegir tonalidades claras y combinarlas con materiales nobles.

Según Orellana, esta tendencia al minimalismo que produce un cambio de paradigma a la hora de diseñar las casas se debe en cierta forma, a la necesidad de encontrar la calma y serenidad en medio de tantas situaciones de estrés.

“Nos inclinamos por espacios más simples, con menos mantenimiento, pero con un alto carácter de diseño”, agrega.

“Claramente las generaciones más jóvenes tienen una filosofía de vida más despojada de lo material, valoran más el momento y que todo lo que tienen sirva para algo, no son de acumular cosas 'por las dudas', por lo que la decoración minimalista los identifica y los acompaña en el estilo de vida que eligen”, considera Raya.El ambiente despojado es la esencia de la filosofía minimalista, como explica Raya: se deja de perseguir la necesidad de decorar todo, los vacíos suman más que los llenos.

Ludwig Mies Van der Rohe.

Wajnerman se refiere a los propósitos de este estilo y los resume en una serie de puntos considerando que se trata de conseguir lo máximo a través de lo mínimo; armonía, calidez y liviandad a partir de los accesorios y el amoblamiento indispensable; funcionalidad y elegancia a partir de lo simple “Si puede no estar, que no esté”, concluye.

(Producción periodística: Mariana Ávila)

Qué sugieren los especialistas para alcanzar el “menos es más”

- Buscar asesoramiento de especialistas.
- Elegir colores claros o neutros para los ambientes (por ejemplo: blanco, beige, tierra).
- Mínima cantidad de muebles necesarios, combinarlos en tonos neutros y de materiales nobles (madera, cuero, hierro, etcétera).
- Elegir una buena obra de arte para protagonizar el espacio.
- No amontonar nada, los elementos se lucen por sí solos.
- Trabajar la iluminación natural (directa o difusa).
- Aprovechar la ventilación natural.
- Incorporar plantas, vitalidad y naturaleza, en puntos específicos.
- Poner en valor texturas: textiles, alfombras.