Como cada año, desde hace ocho, las calles tucumanas se pintaron de multicolor con la marcha del orgullo.

Diversas organizaciones, de distintas líneas políticas, confluyeron en la movilización, que se concentró frente a la Casa de Gobierno.

Alrededor de tres centenas de personas se encargaron de ponerle calor a la jornada; un número sensiblemente menor en comparación con el año pasado.

Esto se debió, esencialmente, al hecho de que muchas organizaciones decidieron no marchr, debido a la pandemia de coronavirus, con el objetivo de preservarse.

Algunas agrupaciones -de extracción justicialista, como el Movimiento Evita y la Juventud Peronista- se movilizaron en vehículos. Otras, de a pie.