“‘Nico’ es un constructor de él mismo”, sentenció Orlando Ferreyra. “Obvio que tuvo formadores en los que se apoyó, pero él mismo se creó”, remarcó. Y eso que Ferreyra puede anotarse en ese rol de formador de “Cachorro”. Como manager y entrenador de los equipos de Tucumán Lawn Tennis, también como integrante de los staff de la Unión Argentina de Rugby, Ferreyra compartió sus tareas con Sánchez. Lo suficiente como para tener una filosofía sobre lo que genera el despliegue del apertura. “Ojalá tuviera 15 Nicolás Sánchez en un equipo”, deseó el entrenador.

No tanto por la diestra que tiene destino de inmortal, sino por el corazón de Sánchez. “Es un ejemplo de dedicación constante. Quizás no tiene la habilidad de Maradona, pero siempre trabajaba para ser el mejor”, recordó Ferreyra. “Algunos me dijeron que fue la vuelta de ‘Nico’ y yo les dije que nunca se había ido. Siempre tuvo este nivel, pero a veces el planteamiento del equipo hace que no brilles como podés brillar. Yo creo que él siempre tiene un nivel muy parejo que es una de las cosas más importantes que puede tener un jugador”, sintetizó Ferreyra.

El apertura de Los Pumas, que hasta hace pocos años practicaba pateando a la hache del club del parque 9 de Julio o lo hacía en las que están en el anexo de El Salvador, es de clase mundial. Entre esas claves que Ferreyra sostiene que él mismo creó hay una que lo llevó derecho al firmamento del rugby. “De afuera puede parecer un intocable, pero lo que hace que tenga esa mentalidad ganadora es la humildad que tiene. Siempre es igual. Por más que sea el apertura histórico de Los Pumas, él se va a acercar y va a saludar. No cambió en nada”, describió Ferreyra.

Seguramente, cuando las condiciones así lo permitan, “Nico” volverá a Lawn Tennis, pasará a saludar y se encontrará con Ferreyra, como lo puede hacer en cualquier regreso al “El Jardín de la República”. Esta vez, sí habrá cambiado y mucho, porque regresará como uno de Los Pumas que por primera vez vencieron a los más temidos hombres del rugby.