La experiencia de reciclado de residuos de la comuna de Santa Lucía fue llamativa por una estrategia tan sencilla como novedosa: estimular a los vecinos a participar en el proyecto con un sorteo quincenal de cinco kilos de asado y un bolsón con mercaderías. Por cada 10 latas o botellas de plástico o de vidrio que entregan, reciben un número para el sorteo quincenal y con ello se ha generado un circuito de 1.500 kilos de desechos para llevar cada semana a la planta de tratamiento de Tafí Viejo, ubicada a unos 70 km de distancia de Santa Lucía. El proyecto, inaugurado este año, prevé que en el futuro el pueblo ubicado en el acceso del camino a los Valles Calchaquíes pueda montar su propia planta para el reciclado de los residuos sólidos -plásticos, vidrios, metales y cartón-, así como otra para el procesamiento de los residuos orgánicos.

La iniciativa ha tenido varios efectos. Uno es el hecho de que se arroja menos basura en las calles y en los canales de desagüe a cielo abierto que tiene el pueblo, que son potenciales focos de contaminación. El segundo efecto es que, por el convenio que se ha llevado a cabo con Tafí Viejo (municipio que ya tiene instrumentado un circuito de tratamiento, de trabajo y de venta de materiales para reciclar), ya se han logrado ingresos que se están volcando en obras de pavimentación. Ahora todo lo que se recauda está destinado a la compra de hierro y cemento para esos trabajos, dijo el delegado. No menos importante es el efecto de que la planta de almacenaje de Santa Lucía ha generado mano de obra. En cuarto lugar está el entusiasmo de los vecinos, que no sólo aprecian la iniciativa de los sorteos sino el hecho de que es posible que disminuya la carga contaminante del principal canal del pueblo, al que se arrojan desde hace mucho tiempo desechos de todo tipo y aguas servidas. Además, al decir de un poblador, “el basural siempre fue un problema de contaminación grave para el pueblo porque está cerca. En el verano se hacen insoportables el mal olor y las nubes de moscas”. El comisionado agrega que tiene la expectativa de que en el futuro que se pueda eliminar el vaciadero de residuos. Finalmente, este programa ha impactado en las comunas cercanas de Acheral, Villa Quinteros, Soldado Maldonado y León Rougés, que también van a depositar sus residuos sólidos en el predio de Santa Lucía.

“En esto es también muy beneficioso el hecho de que estamos eliminando los resumideros y otros vectores que favorecen la proliferación del mosquito transmisor del dengue”, agregó el comisionado.

Es de señalar que este tipo de iniciativas, por ahora, depende de la buena voluntad de los funcionarios o de los vecinos, lo cual tiene aparejado el riesgo de que por determinados motivos sean abandonados o bien se distorsione su funcionamiento, como ha ocurrido con muchos programas de tratamiento y reciclado. Por eso hay tantas diferencias entre municipalidades y comunas tucumanas. En este sentido, la tarea que lleva adelante la Municipalidad de Tafí Viejo en cuanto a la gestión completa de programas de reciclado puede contagiar a que el resto de las municipalidades y comunas, así como la provincia, se unan en una política común y consensuada del tratamiento de residuos. Porque está demostrando que las iniciativas ambientales funcionan cuando son alentadas desde las autoridades con coherencia y persistencia en el trabajo cotidiano. Urge que llegue ese acuerdo, que involucre a autoridades y comunidad.