Hace muy poco tiempo, Franco Pizzicannella se sacó la etiqueta de “juvenil” y ya es un jugador más de Atlético. Cuando era aún más chico y podía disfrutar de una vida más normal que la que suelen llevar los jugadores de fútbol, le gustaba salir a bailar. Hasta allí nada fuera de lo común, el tema era cuando volvía a casa. “Salía a bailar y cuando volvía me despertaba para avisarme que ya había llegado y para pedirme que bailemos. ‘Dale, mamá, ¡bailemos!’, me decía”. Ana Lía Carbonell, madre de Franco cuenta entre risas una anécdota que desprende más risas.

Con 56 años, es la directora de Economía y Finanzas del Ente Cultural de Tucumán. Ver cómo Franco pasó de sacarla a bailar después de venir al boliche a ayudar directamente para que Atlético clasifique a octavos de final de la Copa Libertadores en 2018 genera una sensación que sólo una madre puede tener.