CLÁSICO
MAFALDA. TODAS LAS TIRAS
QUINO
(De la Flor – Buenos Aires)
Es un verdadero acierto publicar en un solo volumen todas las tiras de Mafalda. Están servidas como en la mesa de un gigantesco, sabroso y variado banquete. El riesgo es devorarlo demasiado rápido, sin saborear cada bocado.
Cada tira, cada cuadrito debe degustarse lentamente porque en su aparente simpleza siempre se esconden profundas reflexiones.
Schopenhauer decía, acertadamente, que el humor era la seriedad oculta debajo de una sonrisa. Y más en este caso, porque la superficie, la forma, engaña. Parecen cándidos dibujos para niños pero van mucho más lejos.
Quino tiene admiradores en muchos países con disímiles costumbres, culturas y lenguajes. ¿Cómo es posible que entiendan y valoren a Mafalda?
Este fenómeno es similar a lo que sucedía en la época de oro de las películas de Carlitos Chaplin.
En ambos casos el mensaje a grande y a chicos de cualquier latitud es comprendido porque refleja las inquietudes del ser humano en general. La temática apunta a la libertad, la democracia, la paz y la justicia.
La filosofía busca descubrir la verdad. El humor, poner en evidencia la hipocresía, la mentira.
Para comprobarlo basta citar algunas frases de esta genial creación de Quino:
- ¡Qué mal anda el mundo! –dice Mafalda- ¿Quién es el culpable?
Y responde Felipe: “El mundo hace siglos que anda mal, ¡siglos!”
- Entonces el culpable debe haber muerto. ¡El muy cobarde! –replica Mafalda indignada.
Felipe lee que la ametralladora se inventó en 1861 y que la máquina de escribir en 1868, y le dice a Mafalda: “¿Te das cuenta? ¡Se inventó cómo matar rápido ante que cómo escribir rápido!”
Humor del bueno. Profundo. Para sonreír y pensar. Ubicado justo en las antípodas de la comicidad chatarra, estridente y vacía.
Siempre es bueno volver a Mafalda. Lea este libro con atención. Invite a sus hijos o nietos a descubrirla. Les abrirá la mente y el corazón.
© LA GACETA
Alberto Calliera