Facundo García, de 24 años, empleado en una panadería y aspirante a policía, sale a pedalear con Paco, una lora que tiene hace más de un año y medio.
Lo acompaña en la bicicleta o en la moto, y cuando va a jugar a la pelota la mascota es cuidada por los jugadores suplentes.
Asegura Facundo que la lora sabe contar hasta cuatro y que es un integrante más de la familia.
“Cuida” el quiosco de la mamá de Facundo y a los clientes les dice: “ya va” o “espere”, y los clientes esperan. Se llama Paco, porque creían que era macho. Y luego de que pasó el tiempo, por el plumaje y por el tamaño, se dieron cuenta de que es hembra. Sabe silbar. Desayuna y merienda con la familia. Come frutas, verduras, milanesa, pizza y facturas.