En el interior hay pueblos en los que mucha gente circula por caminos vecinales para evitar los controles sanitarios. Algunos no quieren esperar en las largas filas de vehículos que esperan el chequeo de rigor y por eso utilizan los descampados para moverse con mayor fluidez.

Esta semana, la comuna de Santa Ana, ubicada a 20 kilómetros de la ciudad de Aguilares, confirmó el primer caso de coronavirus. En medio del revuelo que se armó en el pueblo, la comuna decidió desalentar la circulación y para lograrlo están dispuestos a ejecutar las medidas que sean necesarias. 

En esa línea, en la comuna de Santa Ana no hay vueltas. Todos los días, a partir de las 18, un grupo de operarios de la comuna junto a efectivos policiales comienzan a recorrer todo el pueblo para verificar que los comercios estén cerrados.

A partir de las 18 controlan que cierren los comercios en Santa Ana.

"Ante la flexibilización de la cuarentena, la comuna despliega un nuevo operativo para garantizar que las jornadas transcurran con normalidad -anunció el delegado comunal Diego Reales-. Desde ayer miércoles comienzan a regir nuevos horarios comerciales en Santa Ana. En ese marco junto la Jefatura de Policía se decidió aplicar un protocolo de control de cierre de comercios, ya que estos son los lugares de mayor afluencia", remarcó.

Otra de las disposiciones fue actuar sobre los terrenos que utilizan los evasores de los controles. "La comuna trabaja en el cierre de callejones y accesos clandestinos que utilizan los ´anticuarentena´ -Dijo Reales- para eludir los controles sanitarios dispuestos por el Gobierno y ponen en riesgo a toda la población. Los trabajos se ejecutan con maquinarias del municipio de la ciudad de Aguilares", precisó.