El llanto desbordó a Camila Rodríguez durante su relato. A ella siempre le costó asimilar que sus hermanos José Luis y Alejandro Rodríguez fueran detenidos. “Yo sé que ellos cometieron errores en el pasado, pero si ya están presos no puedo aceptar que los torturen”, le contó entre lágrimas a LA GACETA.

El viernes, los familiares de los reclusos de la comisaría de Famaillá denunciaron que 28 presos fueron golpeados por personal de la División Infantería, de ese destacamento. “El jueves Infantería hizo un asado, luego sacaron a los detenidos de los calabozos y los llevaron al patio. Los obligaron a hacer flexiones y abdominales, al que no hacía lo castigaban. Los golpeaban brutalmente y a algunos los desnudaron”, denunció Rodríguez. “En la madrugada del viernes les volvieron a pegar y los amenazaron con que no dijeran nada porque los harían trasladar lejos de Famaillá”, agregó.

La fiscalía II del centro judicial de Monteros, a cargo de Mónica García de Targa, tomó intervención en el caso, en el cual se acusa de apremios ilegales a los efectivos policiales. La fiscala tomó declaraciones de los detenidos.

“Fueron torturas de todo tipo, tienen la espalda marcada, algunos no pueden caminar bien. Yo pedí que llevaran al hospital a mi hermano que estaba muy golpeado. Les pusieron calmantes. No podían ni bajar de la camioneta. Mi hermano José Luis hoy no aguantaba más los dolores en los riñones y el estómago, lo llevaron de nuevo al hospital porque orinaba sangre”, aseguró la denunciante. También advirtió que en la comisaría les dijeron que no golpearon a los detenidos y que los ejercicios son habituales.

Según adelantó Rodríguez, el miércoles habría una rueda de reconocimiento para que los prisioneros identifiquen a sus agresores. “Hasta ayer eran 26, hoy dos más se animaron a declarar”, indicó. Por último subrayó otra cuestión: “Nos dicen que en el hospital sólo recibirán a dos pacientes por día, ¿cuándo terminarán de ver al os 28?”.


“Voy a ir a fondo”

La defensora oficial Raquel Ferreira Asís, quien representa a dos detenidos de esa comisaría, solicitó a la fiscalía que investigue el caso. Una abogada particular hizo lo propio en nombre de otro interno.

“La denuncia es por posibles apremios ilegales. He pedido que se los revise con médicos forenses y que se determine el grado de agresiones. También pedí una radiografía de tórax para uno de mis defendidos”, explicó Ferreira Asís.

Según detalló la profesional, hoy se realizaron las medidas investigativas para constatar si las lesiones de los presos son compatibles con las que se acusan. “Hablamos de que supuestamente algunos fueron encapuchados y golpeados por la espalda”, advirtió.

Por último la abogada remarcó que en ese destacamento ya habían tenido problemas por otras cuestiones. “No es la primera vez que tenemos inconvenientes con (la comisaría de) Famaillá. Se presentó hace poco tiempo un habeas corpus porque había pacientes con sarna. No voy a dudar en avanzar para que se tomen medidas, pediré el apartamento de las personas que hayan participado (del ataque) o incluso la clausura de la comisaría si es que no está en condiciones” aseveró. “Las detenciones deben darse en condiciones sanas y en lugares limpios. Los detenidos están para cumplir una condena, no para que les peguen los policías o para que toleren delitos de tortura”, concluyó, recordando el artículo 8.2 de la convención de Derechos Humanos y el 14.5 de los Derechos Civiles y Políticos, y a los tratados internacionales a los cuales Argentina está suscripta.