“¿Viste cómo quedó la entrada? Es un milagro que nadie haya muerto durante ese enfrentamiento”, dijo Humberto Carrazana. El vecino hace referencia al ingreso de la quiniela ubicada en avenida América al 2.100, donde en la vereda podían verse, hasta ayer, las manchas de sangre provocadas por un intento de asalto. El ataque ocurrió el lunes y dejó por saldo a dos heridos de bala. La Policía ya detuvo a uno de los acusados y otro está bajo custodia.

Los tres delincuentes llegaron al comercio a las 21.30 en una moto Honda Wave. Irrumpieron armados con la intención de cometer un atraco relámpago, pero se toparon con un agente de la División Drogas Peligrosas que les opuso resistencia. La situación se volvió un tiroteo en el cual resultaron heridos uno de los intrusos, Cristian “Lunita” Baldivieso, quien se recupera en el Centro de Salud, y una clienta que fue asistida por un tiro en la pierna.

Más tarde se detuvo a Braian Daniel “Tito” Heredia, de 23 años, en la esquina de Santa Fe y pasaje José García. El sospechoso y otro joven habrían intentado visitar a Baldivieso en el hospital, quien se encuentra bajo custodia policial. Por otro lado, el jueves se realizaron allanamientos en busca del arma utilizada y para tratar de localizar al tercer cómplice.

La sangrienta escena espantó a los vecinos de los barrios Feput y ampliación Kennedy. “La cuadra quedó un desastre, hay sangre por todos lados”, señaló Humberto Carrazana. La quiniela no volvió a abrir tras el feroz intento de asalto. “Ya los habían asaltado cuatro veces este año, parece que van a cerrar definitivamente. Es inevitable no saber sobre el tema porque la gente viene al local y nos cuenta. Todo el barrio habló de lo que se vivió esa noche”, le manifestó Sebastián a LA GACETA. El comerciante prefirió no dar a conocer su apellido. “En un asalto previo, la mujer que atendía el negocio se escondió en el baño y al parecer no lograron quitarles nada, pero volvieron a atacarlos”, agregó.

HORRORIZADOS. La quiniela no volvió abrir tras el intento de asalto.

“La zona es peligrosa; recuerdo que hace poco pasó un hombre corriendo a plena luz del día, lo seguían en una moto y tuvo que tirar el teléfono para que dejaran de perseguirlo”, contó Agustina Casola. La joven lamentó que muchas veces tenga que salir acompañada de su padre o de su hermano para tomar un colectivo. “A las mujeres las atacan siempre, llegan de pasada y te encañonan”, completó Carrazana.

“Hace unos días pasó algo así, una chica nos preguntó si podía esperar en el local hasta que la buscaran porque vive pasando la vía. Del otro lado es mucho peor, pero la mayoría de los atacantes vienen y se van por la Francisco de Aguirre o por la México”, concluyó Sebastián. (Producción periodística: Santiago Re)