“Tanto se ha hablado en estos últimos tiempos del cine parlante, de los films sonoros o las cintas con intercalados hablados y auditivos que había verdadera expectativa por conocer el efecto real de las nuevas aplicaciones de la palabra, la música, etc., al arte cinematográfico. Por eso la iniciación de estos espectáculos por la empresa Guillermo Renzi en el Majestic Palace constituyó un acontecimiento que tendrá verdadera trascendencia en el desarrollo futuro del espectáculo cinesco”.
Con esas palabras nuestro cronista presentaba la primera función de cine sonoro en nuestra provincia, el 31 de enero de 1930. Se presentaron cuatro producciones. Fueron dos cortometrajes “parlantes”: “Orquesta típica mejicana” y “Il Pagliacci”, un corto de dibujos animados: “En la ópera”, y el plato fuerte de la noche fue la superproducción “El amor nunca muere”.
En el anuncio de ese día la crónica resaltaba: “el cine sonoro-parlante sobre el que tantas referencias se venían haciendo, va a convertirse por fin en realidad para nuestro público. Así esta noche a horas 21.45, con asistencia de las primera autoridades de la provincia, se pasarán en el cine Majestic Palace…”.
Aunque consideremos esta como la primera función de cine sonoro no debemos olvidar que en el invierno de 1928 en la misma sala se exhibieron, en una función, varios cortos sonoros, pero que no tuvieron continuidad como sí ocurrió en 1930. Además en esta oportunidad se proyectó el primer largometraje que tenía una duración de 110 minutos. A partir de entonces en las propagandas de los cines se indicaba qué filmes eran sonoros, como otra atracción para el público.
El anuncio de aquella primera función de cine sonoro mostraba su trascendencia ya que ocupaba la mitad de la página de espectáculos con una gran tipografía, dibujos del filme y de los actores.
Aquel primer largometraje, que se había filmado en octubre de 1928, se conoció en inglés como “Lilac Time” y fue protagonizado por Colleen Moore y Gary Cooper. “La sincronización de los ruidos alcanza precisión admirable dando la sensación de la realidad. Así es una escena a cargo de la protagonista, cuando por equivocación hace funcionar una de las aeronaves, que va dando tumbos, y la ametralladora generando pánico entre los aviadores, se obtiene un efecto real que resulta muy cómico”, decía nuestra crónica. Añadía: “esta escena tiene un sabor absolutamente nuevo en la pantalla. Y como ésta muchas otras, a las que la sincronización de los efectos sonoros les da un extraordinario relieve, principalmente la lucha entre dos escuadrillas aéreas”.
La película trata de una historia de amor y amistad ambientada en la Primera Guerra Mundial en el norte de Francia donde se instala una escuadrilla de aviadores británicos en el campo de una familia francesa que es tomada como aeródromo. La hija de la propietaria (Moore) se enamora de uno de los pilotos ingleses (Cooper).
En cuanto al resto de los cortos se relataba: “en ‘Orquesta…’ se vieron y oyeron canciones aztecas, marimbas y guitarras en un hermoso cuadro típico”.
En cuanto a “Il Pagliacci” se puede “ver una gran interpretación del famoso tenor Giovanny Martinelli del Metropolitan Opera House”. En referencia al dibujo animado “En la ópera” se lo considera “un maravilloso dibujo cómico sonoro”.
La segunda presentación
Justamente una semana más tarde, el 7 de febrero de 1930, llegó a las pantallas tucumanas el segundo largometraje sonoro, “Melodía de Broadway”. Nuestras páginas la presentaban como la “primera película enteramente hablada, cantada y musicada”, y agregaba: “estrenada en el Astor Theatre, siete meses atrás, sigue atrayendo diariamente numerosísimas concurrencias, ávidas de conocer la mayor sensación de la temporada”.
Este film es considerado el primer “gran musical”. El argumento muestra a dos hermanas, Harriet (Bessie Love) y Queenie (Anita Page) Mahoney, llegan a Nueva York soñando con ganarse un lugar en Broadway. Eddie Kearns (Charles King), el novio de Harriet, las ayuda a conseguir un número en la compañía en la que él trabaja, pero pronto se enamora de Queenie, la exuberante e ingenua hermana menor, quien conquista a su vez al público y a los productores. El filme ganó el Oscar a la mejor película de 1929, el primero ganado por cine sonoro, y fue la segunda entrega de la historia del premio.
El cine sonoro
En 1926 se estrenó en Nueva York Don Juan, con efectos sonoros y una partitura sincronizada y posteriormente varios cortos que fueron perfeccionando los dos sistemas, el Vitaphone (la Warner) y en competencia el Movietone (la Fox). El 6 de octubre de 1927 se estrenó El cantor de jazz (The Jazz Singer), considerada la primera película sonora de la historia del cine, que hizo tambalear todos los planes del momento del cine mudo.
Hacia 1930 el sonoro era un hecho, y el cine mudo había sido definitivamente vencido. Pero un descubrimiento realizado por el investigador español Agustín Tena señalaría que la primera cinta con sonido fue hablada en castellano, protagonizada por la cantante española Conchita Piquer y realizada en 1923.
Tena, que localizó la cinta en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, señaló: “No sólo es la primera película sonora en español, sino que es cuatro años anterior a la que se considera oficialmente la primera”. Se trata de una cinta de 11 minutos que Lee De Forest rodó con una adolescente Piquer y que incluye recitados, un cuplé andaluz, una jota aragonesa e incluso un fado luso (Ainda mais).
De Forest patentó el sistema Phonofilm, el primer dispositivo que registraba simultáneamente la imagen y el sonido en el celuloide, y perseguía la financiación para rodar un largometraje. Sin embargo, el público aún no estaba acostumbrado al sonido, y todas las puertas se le cerraron. Ante esta situación, De Forest decidió hacer piezas cortas de música, con artistas conocidos de entonces.
Phonofilm en 1928
El invento de De Forest también llegó a Tucumán. En el mismo Majestic se pudieron escuchar y ver varios cortos. Nuestra crónica anunciaba la presentación del sistema Phonofilm y no de las cintas: “la novedad causó verdadera sorpresa, pues el público dudaba si no se trataba de aplicaciones fonográficas a la proyección cinematográfica, pero enseguida se dio cuenta de que no era el primitivo sistema parlante, antes bien se hallaba en frente del resultado del genio científico de la simultaneidad de la toma de las vistas con la ‘toma’ de la voz, del ruido o del sonido mediante la radio”.
En aquella ocasión se exhibieron “La cumparsita tango argentino ejecutado por la orquesta de José Bohr”, “Jota aragonesa cantada y bailada por la célebre tonadillera española Conchita Piquer”, “se oyó al presidente de Estados Unidos Calvin Coolidge pronunciando el discurso de recepción al aviador Charles Lindberg y su agradecimiento”, entre otras piezas cortas.
Pero fueron sólo dos funciones de muestra ya que los trabajos de De Forest no proliferaron para realizar largometrajes y sí lo hicieron los de los grandes estudios cinematográficos.