Cuando se decretó el aislamiento social preventivo, Víctor Salazar respiró hondo. Con la pierna izquierda maltrecha a causa de una grave lesión sufrida durante un partido, Salazar -oriundo del barrio Juan Bautista Alberdi- supo entonces que iba a pasar un período de recuperación sin perder demasiada competencia.

La pandemia causó todo tipo de perjuicios. El fútbol no está exento de esa hecatombe que produjo la covid-19, que obligó a que la temporada ingrese en un receso forzoso. Pero también dejó situaciones especiales. Salazar puede dar fe de ello.

Cuando la situación empezó a cerrar puertas, Salazar estaba recuperándose de la seria lesión que sufrió el 21 de septiembre de 2019. “Esa tarde jugábamos con Boca por la Superliga. Sufrí la rotura de los ligamentos cruzados, que me obligó a estar inactivo. Lo bueno es que como hice una rigurosa rehabilitación, el día que se reanuden los entrenamientos voy a estar trabajando junto al resto de mis compañeros en San Lorenzo”, dijo el “Mellizo”.


En familia

Cuando vio que la cuarentena se iba a prolongar más de lo pensado en un primer momento, Salazar armó las valijas y decidió recluirse junto con su esposa Xoana y sus hijos Francesco Daniel (de cuatro años) y Gina (de tres), en casa de su madre Inés Petrona.

Desde el sitio donde aguarda la reanudación, primero de las prácticas y luego del certamen de Primera división, Salazar se comunicó con LG Deportiva.

“Es un momento de mucha incertidumbre el que se vive en el fútbol argentino, y sobre todo los futbolistas que el 30 de junio finalizaron los contratos con sus respectivos clubes. Lo complicado es que al no tener certeza de cómo se desarrollará la próxima temporada los clubes se encuentran ante la duda de no saber cómo planificar lo que se viene. Me preocupa ver colegas que se quedan sin club. En realidad, es un tema que nos preocupa a todos. En lo personal, con San Lorenzo tengo contrato hasta junio de 2021, pero eso no me libera de ser solidario con mis colegas, que ven el futuro con extrema preocupación”, dijo.

Salazar se inició en CEF 18 y luego se fue a jugar en Rosario Central. Desde la temporada 2017/18 milita en la entidad que preside Marcelo Tinelli.

Al pedírsele al defensor una opinión sobre la decisión de no volver a los entrenamientos, Salazar señaló: “creo que en la medida que no estén dadas las condiciones sanitarias para que se pueda entrenar sin que corramos riesgos de ser afectados por la covid-19, se debería mantener la decisión de no hacerlo. Lo que también considero es que es acertada la medida tomada por la AFA. Sabemos que en el interior del país la situación está en cierto modo controlada, algo que no ocurre en Buenos Aires. Sería dar ventaja deportiva si sólo se autoriza a algunos a volver a los entrenamientos”.


Acuerdo

El defensor también reconoció que el plantel “azulgrana”, por medio de la representación de los futbolistas referentes, acordó que hasta que se reanude la actividad competitiva van a cobrar sólo el 40% del sueldo. “El 60% restante será abonado en forma retroactiva más adelante. Es que sabemos que ante la falta de ingresos genuinos, los clubes están atravesando un momento complicado en lo financiero y de esta manera le posibilitamos tener un cierto oxígeno económico en estos meses de inactividad”, explicó.

Mientras esperan novedades para regresar a los entrenamientos en la entidad del Bajo Flores, Salazar no descuida su preparación física. “Junto con Nahuel, que es mi hermano mellizo, estoy realizando los trabajos de forma online. Son rutinas que me mandan los integrantes del cuerpo técnico de San Lorenzo. No cabe duda de que no es lo mismo que trabajar con el grupo y bajo el control de los profesionales, pero considero que es un paliativo para llegar de la mejor manera a la reanudación de la actividad”.