La muerte de un niño de un año y siete meses conmocionó al vecindario de Villa Obrera, en Tafí Viejo. El pequeño falleció ayer por la mañana como consecuencia de fracturas en la cabeza, lesiones que no se habrían producido por un accidente casero, como una caída, según fuentes del caso. Fue hallado en la parte delantera de la vivienda familiar. Ya no tenía vida cuando ingresó a la guardia del hospital Avellaneda.

“Los chicos salían de la casa sólo con nosotros. El bebé se levantó temprano hoy y, cuando estaban atendiendo el negocio (una verdulería), estaba tirado ahí”, expresó María Maldonado, tía de la víctima. “Se debe haber caído, porque hay arena y piedras en ese sector. Ninguno puede explicar bien qué pasó, pero no tienen nada que ver el carro ni la camioneta”, añadió.

De acuerdo con los primeros indicios de la pesquisa, en la vivienda se encontraban los padres del menor, un tío y el abuelo, entre otros parientes. En un momento, la madre y el tío salieron en una camioneta con caja de madera y techo de lona. El vehículo tiraba un tráiler cargado de verduras. El tío, de 22 años, conducía el rodado y ambos se dirigían al puesto callejero que la familia tiene para vender hortalizas.

A unos 300 metros, recibieron el aviso desde la casa. Un familiar los llamó por teléfono para que retornaran rápidamente. El niño, identificado como Benjamín Juárez, había sido encontrado en el suelo.

Fuentes oficiales informaron que las pericias del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) habían determinado la presencia de restos biológicos en la rueda izquierda del remolque. Durante la tarde, los familiares declararon en tribunales penales. No se ordenó la detención del tío, que era el conductor del rodado.

Personal de Criminalística Norte realizó una inspección mecánica en la camioneta marca Chevrolet, que sería modelo 1982.

“Iba por la cuadra del cementerio cuando mi mamá me llamó y me dijo que vuelva a la casa rápido. Mi hermana, detrás de mí, hizo lo mismo en la camioneta. Al llegar a la casa, pregunté qué había pasado, pero no podían explicarme. Ya se lo habían llevado los abuelos y su papá (en un auto)”, relató la tía. Y continuó: “el vehículo estaba estacionado afuera. Siempre le ponen piedras para trabarla y evitar que se desplace (la vereda presenta un desnivel). El carrito estaba en la calle y los vecinos lo metieron después de que se llevaran a mi sobrino”.


Dolor vecinal

Los vecinos siguieron las tareas de los peritos durante la mañana y la tarde, en lacalle Thames al 600. Hablaban por lo bajo, en medio de un ambiente de tristeza. “Siempre cuidaron al bebé. La noticia fue dolorosa. Ha sido una desgracia”, dijo Andrea Ríos, una vecina.

El pequeño era único hijo de la pareja de jóvenes, identificados también como Beatriz Maldonado y Patricio Juárez, de 24 y 25 años, respectivamente. Vivían en la casa de los abuelos maternos del menor. “Ella siempre nos decía que trabajaba para su hijo, para que no le falte nada. Siempre salía con él, lo cuidaba mucho”, señaló Ríos.

“Ocurrió temprano; se escucharon gritos, y salimos. Estamos conmocionados, quedamos ‘shockeados’ por la noticia”, se lamentó Ezequiel Tabera, otro de los residentes de la cuadra.