RESPETAR. En el Cementerio del Oeste un cartel precisa el protocolo a seguirse. la gaceta / fotos de franco vera - josé nuno
YERBA BUENA. Hace más de 30 años que Marta Sánchez y Marta Mamaní venden flores en las inmediaciones del cementerio San Agustín.
PRECAUCIÓN. Un empleado ayuda con alcohol en gel a las personas que se acercaron a las necrópolis.
ACOMPAÑÁNDOSE EN SILENCIO. Estas jóvenes se acercaron al cementerio de San Agustín, en Yerba Buena; y durante largo tiempo estuvieron al lado de la tumba de un ser querido; un rito que se retomará lentamente a medida que cese el aislamiento.
LIMPIEZA. La apertura permitió que se pudieran arreglar los monumentos.