El fútbol siempre estuvo ligado a la vida de Sergio Galván Rey. En su época de jugador fue un notable goleador. Un definidor letal, de esos que parecen tocados por la varita mágica. No fue el típico delantero que impone su físico en el área rival. Los suyo era intuición. Tenía el olfato necesario para saber cuando y donde estaba la oportunidad para definir. Tras sus comienzos en Concepción FC, Deportivo Aguilares y un fugaz paso por las inferiores de Boca, llegó a Colombia, donde se convirtió en una figura que todos admiran y respetan. Con su conquistas ayudó a Once Caldas a disfrutar de un ciclo exitoso, con títulos nacionales e internacionales, incluyendo una Copa Libertadores que ganó derrotando en la final a Boca, dirigido por Carlos Bianchi. Las estadísticas lo ubican en la cima de los goleadores histórico del club de Manizales, con 171 conquistas, y de Colombia, con 224. Ese país le dio demasiado y por eso decidió radicarse definitivamente con su familia: Marcela Villegas, su esposa; Camila (16) y Gerónimo (12), sus hijos. Una carrera deportiva que se extendió por 20 años lo convirtió en una figura cuya opinión es respetada y valorada. Eso hizo que el canal deportivo Win Sports lo contratara para ser presentador y analista de las transmisiones del deporte que siempre amó: el fútbol.

“Cuando me retiré deseaba seguir ligado de alguna manera al fútbol, pero no quería ser técnico. Tenía necesidad y deseos de manejar mis tiempos para compartirlos con mi familia. No quería más viajes ni concentraciones. Tampoco me seducía la idea de conducir grupos. Justo cuando me retiré comenzó a transmitir el canal y me hicieron una propuesta que acepté de inmediato. Pasaron casi siete años y sigo haciendo mi trabajo con enorme placer. Me gusta, disfruto. Intento compartir y transmitir la experiencia y los conocimientos que fui acumulando durante tantos años de carrera. No me considero un periodista. Tengo otra mirada y lo mío es un complemento para los profesionales de la comunicación que comparten mi trabajo en un canal que es 100 por ciento deportivo”, señala a modo de presentación sobre su vida actual durante una extensa charla que mantuvo con LG Deportiva.

El tiempo pasó volando para el oriundo de Concepción que viajó a Colombia hace casi 25 años. Un camino que empezó a recorrer en los “Cuervos” del sur y que le dejó huellas que no podrá olvidar. Daniel Petrella es una de las personas que más recuerda de sus comienzos. “Él creyó en mí. Cuando llegó al club para ser el entrenador me dio toda su confianza. Me aconsejó y me hizo creer que podía ser un buen futbolista. Me hizo debutar a los 17 años. Fue clave en mi carrera”, afirma a la distancia. También destaca el aporte de Guillermo César Reynoso, uno de los grandes entrenadores que tuvo el fútbol tucumano. “Él le recomendó a los dirigente de Once Caldas que me contrataran”, recuerda sobre aquellos tiempos.


Un duro comienzo

Los primeros pasos en el fútbol de ese país no fueron sencillos. “El primer año fue duro. Me ayudó mucho mi carácter y las ganas de triunfar. Siempre confié en lo que podía dar y lo primero que me propuse fue aprovechar la oportunidad de jugar en Primera. Llegar a Once Caldas fue muy importante porque aprendí a ser profesional”. Los obstáculos fueron desapareciendo a medida que llegaban los goles. Pronto se convirtió en el ídolo de los hinchas del club de Manizales, donde jugó ocho temporadas y es el máximo goleador del club al anotar 160 tantos en las competencias de la liga y 11 en la Copa Libertadores. En 2004 fue transferido a MetroStars (hoy New York Red Bulls) de la Major League Soccer. Su último partido con los colombianos lo jugó el 17 de marzo del 2004 cuando su equipo venció 2-0 al Vélez, por la fase de grupos de la Copa Libertadores. Esa noche anotó los 2 goles del equipo “Blanco” que meses después se consagró campeón de la competencia continental al superar a Boca, en la definición con remates desde el punto del penal.

“La oferta económica era buena y lo charlamos con los dirigentes antes de aceptar. En ese momento nadie se animaba a pensar que íbamos a llegar a la final y ganarle al Boca de Bianchi. De todos modos me siento parte de ese éxito. Incluso tengo la medalla de campeón que le otorga la Conmebol a los futbolistas que jugaron al menos un minuto en la competencia”, cuenta sin disimular su orgullo.

Tras su experiencia en Estados Unidos volvió a Colombia. Jugó en Atlético Nacional, América de Cali e Independiente Santa Fe. Se retiró de la actividad profesional en 2011 con el título de goleador histórico de Colombia. “Me siento honrado y feliz de lo que hice. Tal vez me faltó haber tenido la chance de jugar para la Selección Colombia después de mi nacionalización. Alguna vez se mencionó que iba a ser convocado, pero finalmente no sucedió. ¿Por qué Colombia y no Argentina? Porque jugar para Argentina no es sencillo cuando estás en el exterior y todos me identifican con este país futbolísticamente hablando. Muchos querían verme con esa camiseta. Igual me quedo con el cariño y el respeto que me transmitieron”.

Hace algunos años que no viaja a Tucumán pero siempre tiene presente a Concepción. En esa ciudad viven sus familiares y amigos. También tiene emprendimientos comerciales. “Esa una ciudad muy linda, con gente pujante que se esfuerza para que cada día esté mejor. Además, Concepción FC me dio la oportunidad de jugar, amar y apasionarme por el fútbol. Eso nunca se olvida. También estoy muy atento con lo que pasa con Atlético y San Martín. Sigo las campañas de ambos porque al estar ligado a los medios de comunicación necesito informarme. Me sorprende la decisión que tomaron al no darle el ascenso a San Martín. No la comparto, pero los dirigentes siempre tienen la última palabra. Lamentablemente hay mucho de política en el medio y en ocasiones eso está por encima de lo deportivo”, se lamenta.

Galván Rey tiene al futbolista en su ADN y su hijo Gerónimo se perfila para seguir sus pasos. “Lo veo con muchas aptitudes y cualidades para jugar. Está en el proceso formativo y juega en un equipo de la Liga de Bogatá, donde vivimos. Es apasionado por el fútbol y muy disciplinado. Dos virtudes que juegan a su favor. Yo lo apoyo. Esta carrera no es fácil. Hay que superar situaciones donde se presentan problemas e inconvenientes que no siempre se pueden resolver como uno quiere. Por eso llegan los más fuerte desde lo mental. Hay que prepararse y estar listo para cuando llegue el momento”, aconseja. El “Rey del gol”, como lo llaman en Colombia, espera algún día entregarle la corona a su heredero.