Tras los anuncios de la ansiada flexibilización de la cuarentena por la pandemia de la covid-19, se informó que uno de los comercios no exceptuados aún son los gimnasios. Por eso, las ganas de los que querían volver a entrenarse en salones van a tener que acumularse un poco más. Si bien muchos se mantienen constantes para cuando llegue el día permitido, otros se cegaron por el difuso horizonte y comenzaron a flaquear.

El cansancio por la situación, el aburrimiento y la incertidumbre que, en algún momento jugaron a favor, hoy se convirtieron en las excusas perfectas para bajar los brazos y dejar de ejercitarse en casa. Y eso puede ser aún más perjudicial.

Como dijimos muchas veces, el deporte no solo es salud física, sino también mental. Colabora al despeje, a mantener relativamente una rutina, a la concentración en uno mismo y a conocer nuestro cuerpo. Por el contrario, estar encerrados, cocinando, comiendo, haciendo maratones de series o películas, trabajando sentados sin pararnos más que para ir al almacén, nos “achancha” y contribuye a un “¿para qué?” que no está bueno adoptar.

Si querés verlo como un objetivo físico, pensá que hay dos opciones y el tiempo es el mismo: de esta cuarentena salimos con dolores, sobrepeso e intolerancia; o nos mantenemos activos y en buena forma.